Feliz Navidad

Durantesiglos este sintagma nominal decembrino ha denotado una educación, o un decir más o menos superficial, o un mensaje de tinte claramente religioso, o un deseo bienintencionado por parte del emisor de ese memorándum que anuncia el nacer de un judío que dijo algo que nadie ha tenido cojones de decir ni ante ni después: “Amad, incluso, a vuestros enemigos”… Ahora advertimos cómo hay una parte de la España “multicultural” que se molesta, ofende o encocora ante un billete de paz, de amor fraterno, que muchas veces, desgraciadamente, no pasa de ser un deseo más que la resolución de un hecho fáctico. Oh, los tiempos modernos… Sea como fuere, estimado lector, te deseo una Feliz Navidad y tú, en el ejercicio de tu libertad, acepta el mensaje según te aconseje tu sentido común y el respeto hacia a los demás; “demás” quiere significar TODOS, a todos. Inclusivamente, como se dice ahora.

Feliz Navidad amarilla, asimismo. Ésta enhorabuena va dirigida, más bien, a la extensa familia amarilla, a la de los bombos animosos de Fondo Sur, a los que mandan al Exvizcaíno a la capital de Andalucía, a los que presiden la directiva del Exglorioso, incluso para el dúo director, a los que no me permiten meter el paraguas en el Estadio Carranza, y luego me lo mangan los caraduras de siempre, a los que trabajan en él para hacernos los angustiosos partidos un pelo más agradables, a los que pusieron tele nueva en el palco de Asisa, a TODOS los que amamos o amaron al Cádiz, a TODOS los que amamos y amaron nuestra Tacita de Oro, Feliz Navidad.

Partido prenavideño en el tadio. Una lid vulgarota, pelín anodina: Burgos-Ex. Partidillo, uno más, con un first half time pa descambiarlo. El trauma, a mi lado, rezonga: “Qué aburrimiento de primer tiempo, ni un disparo a puerta, ni un…”. Entra el radiólogo: “Ni una jugada que llevarse a la boca”. Para que no se vaya el trauma en busca del bus-sin-cola del descanso, lo retengo revestido de verde esperanza: “El second half time será otra cosa, verás”. Y el segundo tiempo nos muestra una cara más acorde con una plantilla de exprimera. La entrada del ciclón Braian Ocampo removió al equipo, especialmente cuando correteó por la línea frontal del área sorteando a los que le salían al paso para dar con el instante en que la pierna derecha encontrase el ángulo mágico. Alegrón magno, cierta arritmia, extrasístoles vespertinos, mirada al televisor. AR pone a grabar su móvil, toma el espectacular gol. “Me lo mandas por uasa, ¿oquéi?”

El partido está a punto de terminar. Aprietan un poco los de la bella catedral gótica; pero sin mucho peligro. Y si lo hay, ahí está David, espléndido, haciendo dos paradas de florilegio. Córner. Pronto el juez se tocará el cerumen. Malo. Monitor. Dibuja un rectángulo efímero en aire eléctrico. Con un dedo maléfico señala la portería del sur. Cabreo importante en el palco de los otorrinos. Gil casi lo para. Casi es nada. Un penal nos da tres puntos contra el Albacete, otro nos resta dos lindos expuntos. Santo, jugaste un partidazo; pero no se puede agarrar en el área. Ya sé que estabas cansadísimo y que cuando se está muerto, la mente nos juega malas pasadas. Garitano, con su levita de El bueno, el feo, el malo, se lleva el primer chasco. Que sea el último.