El Alambique
Alejandro Barragán
Envidia
Si hacemos una valoración ponderada de la feria del libro de San Fernando hemos de calificarla como un rotundo éxito y todo ello por diversas razones. En primer lugar, por la ubicación. Un evento de este tipo en un sitio céntrico y de paso como es la Plaza del Rey es un reclamo fundamental para los habitantes, paseantes y visitantes. Además, hay que tener en cuenta lo bonita que está la plaza, cuadrada, diáfana, con el imponente Ayuntamiento rojiblanco al fondo. Es una feria callejera, al aire libre, y tiene sus pros y sus contras, claro está, pero el clima la ha respetado y a falta de datos objetivos, tiendo a decir que ha superado en mucho la afluencia de público. A ello puede deberse el aumento de casetas (doce, este año) y, también, el buen ojo de la organización, que, tras un pequeño receso, volvió a recaer en la figura de Daniel Heredia.
Heredia, periodista, gestor cultural y asesor literario, entiende de esto y posee una nutrida agenda de números de teléfono. No es el típico comisario de feria del libro que utiliza su cargo para hacer contactos con las grandes editoriales, colocar a sus amiguetes, traer a absolutos desconocidos y ningunear a los autores locales o provinciales, sino que ha tratado de dar su sitio a todo el mundo dentro del hecho de encontrarnos ante un evento que duró menos de una semana, de lunes a sábado. No engaño a nadie, Daniel Heredia es mi amigo y vecino, como Spiderman, pero que disponiendo de relativamente poco tiempo haya conseguido traer a una feria de ciudad inferior a cien mil habitantes a gente de gran nivel como David Trueba, Marina Perezagua, Santiago Díaz, Silvia Hidalgo, Jesús Carrasco, Susana Martín Gijón, Benito Olmo, Inma Rubiales, Luis García Gil o Daniel Fopiani, entre otros, dice mucho de su capacidad de trabajo y negociación.
Es cierto que faltó gente que quizás merecía haber estado, que la zona central de firmas era laberíntica y poco útil y que el escenario era insulso y poco elegante, pero no se puede pedir más por menos. En sólo seis días la Feria del Libro -dedicada al centenario de la Librería Bozano, por cierto- se ha ubicado en un lugar preeminente y ha puesto el listón muy alto para otros eventos de más presupuesto y duración. Gran parte de culpa de todo esto lo tiene la concejala-periodista Pepa Pacheco, que ha estado al pie del cañón desde el minuto uno, remangándose cada día, siempre atenta y dispuesta, digna representante de la ciudad. Pepa ha apostado por incorporar a Heredia al equipo y entre ambos han pergeñado un programa magnífico que, sinceramente, he visto corto.
Espero que el año que viene haya más casetas, más escritores y más días de feria. O quizás más horas. Hay que invertir en el fomento de la cultura en todos sus ámbitos y, desde luego, el literario es uno de los más importantes. Así que desde ya hay que ir empezando a planificar y organizar, para conseguir que la Feria del libro la Isla sea realmente la más exitosa de la bahía.
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