Tribuna Económica
Joaquín Aurioles
Inventarios de diciembre (4). Desigualdad
La Feria y Fiestas del Carmen y de la Sal, que así se llamaba el asunto, cuando se celebraban en el Parque Almirante Laulhé, tenían más enjundia que ahora que han vuelto sólo las casetas. En el atrio del Ayuntamiento, además de la coronación de la reina y las damas, se celebraban los juegos florales del Carmen y de la Sal, en el que se entregaba la flor natural que premiase al mejor poema y había un mantenedor y pregonero de esa gesta literario festiva. Todavía recuerdo el pregón de Francisco Montero Galvache, para muchos el mejor pregonero con diferencia de La Isla, glosando nuestra sal, y el gentío que se citaba en la plaza del Rey para asistir a su desarrollo lírico. También se celebraron los juegos florales en el Cine Alameda, y los pregonaron Pepe Cervera Pery, José González Barba y Emilio de la Cruz Hermosilla, director que fue de Diario de Cádiz.
Luego se inauguraban, normalmente en los salones del colegio de la Salle y en los del hotel Salymar, el Salón Nacional de Pintura y el de Fotografía, este con su Cañaílla de Oro como premio muy reputado en España. Premios perdidos para la desolada cultura isleña.
Lo mejor de la música actuaba en la caseta municipal, los Bravos con Mike Kennedy, Cecilia, Basilio, Enrique Montoya, Juan Pardo, Camilo Sesto, Camarón y el Chato.
En la prensa escrita aparecían poemas, ditirambos, loas, oraciones a la Virgen del Carmen, a la Sal… Poetas como Concha Carriedo, Gitanilla del Carmelo, Gaspar Fernández de León, Antonio Ramírez Conesa, Francisco Gutiérrez Agabo, Felipe García Cantalejo, Diego Berraquero Miril, José Carretero Troya, Antonio del Río Collado, Francisco Montes Aguilera, fundador de la Academia de San Romualdo, Martínez Gay, Manuel V. de la Corte, Gabriel González Camoyano, trovador de la virgen del Carmen por antonomasia, o Eduardo de Ory, y cómo no, nuestro excelentísimo poeta Juan Mena, por citar los olvidos en el tiempo. Y Concha Pérez Baturone, escritora isleña y primera mujer académica de la Isla, para que no los acusen de ser lesos perpetradores de géneros y géneras…
Pintores de entonces, además del egregio y reputado pintor José Martínez Pepiño y Manuel Hernández Homedes, eran D. Francisco Prieto, Esteban Arriaga, Rosario Pérez Tierno, Carmen Laffon, Manuel Aragón Ortega, Francisco Cruceira, Juan Jaen Vigo, Francisco Aguinaga, que llenaban el panorama cromático de La Isla aquella.
En el Parque también se celebraron carreras de cintas a caballo, carreras ciclistas con premio en el circuito local, y en la plaza de toros, normalmente tres espectáculos en Feria. Este año pasó lego en toros y escuela.
Por las tardes, esas tardes de sombra de la plaza del Rey, en el 44, mi apreciado escritor, Enrique Montiel, nos reunía con Fernando Miranda, editor y director de Mirador de San Fernando. Allí se decidía quienes interveníamos en los números extraordinarios de la Velada. Eran otros tiempos y otros políticos, no los cacofónicos de ahora.
Había cultura. Y no se excluía a nadie, como ahora, como antier. Enrique Montiel, prosa, Juan Mena y yo los poemas de la Virgen. Solía aparecer por la mano de German Caos, el boletín Isla, de la sociedad de fomento y Defensa con textos relativos a la misma. Los premios literarios fuera de la Isla, los importantes, entonces había cultura, repito, y no truculencias con editoriales de tres al cuarto, estaban de Jurado o publicando. Escritores locales, Purita Galán, María Sánchez. Concepción Pérez Baturone, primera mujer académica de San Romualdo,
Soledad Salinas, Juan José García Sánchez, Juan Rafael Mena…nuestro Mena que la exaltaba así…Cuando regresa la Virgen/a su templo rodeada/de fieles que la bendicen/entre Salves y plegarias/no ve, como en otros años/aquella antigua fachada/del balcón con marquesina/desde donde, en su onomástica/le encendía don Gabriel/versos lo mismo que varas/de azucenas y gladiolos/ y todo se emocionaba…
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