Manuel Amaya Zulueta

El Gloriososo de Paco López

El pálpito amarillo

18 de septiembre 2024 - 03:04

Quésoso y qué aburrido ha sido este partido contra el débil Ferrol, Dios de mi vida. Siempre viendo al Gloriososo uno se anima a ver si pasa algo. Y más antes rivales endebluchos. Pero qué va. Ni un tiro a puerta, ni la emoción de un contragolpe, ni la posibilidad de que nuestro largo alcanzase un pelotón y lo metiera en la portería antagonista, aunque fuera en falta lateral o saque de esquina. Nos hemos enfrentado a equipos chunguis de la tabla hasta ahora, quitando el curtido Zaragoza... Cero-cuatro, qué vergüenza, Paco López. Y ni por esas. Salvo nueve minutos milagrosos en Castellón.

El Estadio Carranza, en segunda, sólo puede contemplar victorias, Paco López. Sobre esa pradera han jugado Pelé, Di Stéfano, Puskas, Kubala, Bueno, Migueli, Mágico… Eso no lo puede decir ningún campo de España, ni del planeta, y no se puede percochar ese rectángulo mágico con el espectaculito de ayer. Manda collons, que diría José Pla, soberbio escritor catalán en español. Yo pensé que estábamos en primera y que jugábamos en el predio del Real Madrid o del FC Barcelona; porque daba la sensación de que con el empate nos bastaba. Mucho balón para atrás, pelotas al portero si aparecía algún peligrín exiguo. En fin, que todos contentos con el empatito, me supongo. Supongo, no, realmente a gusto; porque si no ¿qué hace la defensa tan lejos de la raya que divide el terreno de juego en dos? De horrible juego, diría un servidor. Y todos los que salían del estadio con una cara entre blanca y tiesa.

Paco López, picha, esto es Cai y aquí hay que… La defensa en campo del contrario cuando tenemos posesión del balón, la presión alta, hasta al portero contrario, la recuperación tras pérdida lo más rápidamente posible… ¿No tuviste ocasión de apreciar el maravilloso juego del Barça contra el Valladolid o contra el Gerona? Que ayer advertí muchas veces cómo entre Fali y Cris había, a ojo de buen cubero, setenta u ochenta metros. Un equipo larguísimo. Y eso es darle ventaja al enemigo. Y no se puede dar ventaja al enemigo si estamos en Cádiz y falta un cuarto de hora para el ocaso del partido y estamos compitiendo contra el penúltimo de segunda. ¿Pensabas, Paco López, que estabas peloteando contra un Atlético de Madrid, por ejemplo. Y no es eso, nada de eso, residimos en segunda, Paco López, o sea, la planta baja del balompié. Al menos para el Gloriososo, porque no me digas que te conformas con jugar en tercera. O sea, en el sótano húmedo e inhabitable de la tercerola. No, Paco López, aquí has venido a llevar el Cádiz a primera, como hizo Cervera. Y hasta ahora no has asumido nada de ello. El equipo, casi terminando el partido, se pasaba la pelota muy lejos del portero gallego. Toma, Fali; pa ti, Iza ; Fali, toma, toma tú, Gil; toma tú, Alarcón, y Alarcón de nuevo al keep goal, como si fuéramos venciendo por cinco a cero. De cobardía. De temor a perder el punto casi ganado, pues faltaba ya tan poco… Si tu equipo pierde (empatar con el Ferrol es perder) faltando un cuarto de hora, mete arriba a los diez, porque, oye bien: para meter goles hace falta tener el área contraria llena de amarillos. Si no… Ah, otra cosita, ¿qué te pasa con Sobrino? Sobrino se mete debajo del gramón y allí se queda hasta el tardío cambio. ¿Es sobrino tuyo?

Me dirás, querido Paco López, que para jugar así, como se indica así, hay que tener jugadores. Te respondo: Si consideras que no hay suficientes jugadores para hacer fútbol del bueno, dimite. Pero si observamos que no hay plantilla óptima cuando gastamos más que el Sevilla, entonces los que han hecho esta plantilla son unos incapaces y deben dimitir ipso facto, o sea, ya mismo. Mañana.

stats