
El Alambique
Pepe Mendoza
Las letras al sol
Náufrago en la isla
Un buen amigo, historiador e inmejorable conocedor del pasado y del presente de San Fernando, me contaba un día las razones por las que el Ayuntamiento actual se construyó en su señero emplazamiento, la plaza del Rey. Y entre ellas se encontraba la necesidad que sintieron los políticos de entonces de alejarse de la presencia y del poder real del clero, personificado en la Iglesia Mayor. En otros tiempos, y en numerosas poblaciones españolas, el poder civil y el poder religioso compartían espacios, normalmente los mejores y más céntricos, pero al parecer, en La Isla todavía heredera de la Ilustración y del liberalismo, las autoridades entendieron que la ciudadanía, despojada de connotaciones trascendentales y celestes, tenía que ocupar su propia parcela para así hacer valer su propio peso, su importancia preponderante.
Pienso en aquella idea tan bella y clara en estos días en los que veo la plaza ocupada por una gran instalación a mayor gloria de la Religión católica, la Carrera Oficial más grande que vieron los siglos extendida por toda su superficie, y, en ciertos modo, el poder civil entregando por unos días toda la que debería ser su grandeza laica y aconfesional a la máxima representación pública de una determinada confesión, tan respetable como las demás, pero que hace mucho tiempo que dejó de ser, afortunadamente, la religión oficial de nuestro país. En estas condiciones, considero lícito preguntarse si el progreso social es algo inevitable o simplemente deseable. E incluso interrogarse acerca de lo que es el progreso y qué formas puede adoptar.
Como es lo que la inmensa mayoría quiere, pocas cosas más hay que decir excepto plantearse este tipo de dudas y preguntas con las que un náufrago como yo se atormenta. No obstante, no viene mal señalar que esta mayoría política y social a favor de lo cofrade y trentino es la misma que se entrega sin problemas y casi con el mismo entusiasmo, unos cuantos meses después, a la exaltación de la fiesta más demoníaca entre las existentes, Halloween. Son las contradicciones que hacen de esta Isla mágica un territorio indescifrable.
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