Enrique Montiel
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Los cambios, al menos los visibles, son pocos en el Ayuntamiento de Cádiz. Ya lo avisó el alcalde desde que obtuvo la mayoría absoluta de los votos el pasado mayo y ya ha quedado claro en estos primeros meses de mandato, con las puntuales excepciones como la reapertura al tráfico de la calle Veedor que tanta cola (y no de coches) está trayendo. De este modo, al igual que el gobierno de José María González anunció a su llegada hace ocho años y pico una verdadera revolución política municipal que en la mayoría de los casos quedó en eternos planes para repensar un funcionamiento que no varió un ápice (ahí está, por ejemplo, la delegación de Asuntos Sociales), el gobierno de Bruno García parece dispuesto a mantener la inercia que dejó marcada Adelante.
Por ahora, a la espera de giros que vislumbren el camino político que pretende recorrer el PP en esta segunda etapa al frente de la Alcaldía de Cádiz, los cambios se quedan en la nomenclatura. No de las calles -por ahora- donde no se ha dado marcha atrás a ningún nombre que dejó Kichi, por más que algunos acarrearan cierta polémica o fueran de dudosa tramitación.
Una de las medidas adoptadas por el nuevo gobierno gaditano ha sido la de recuperar el nombre de Unidad Alerta al equipo que atiende a las mujeres víctimas de la violencia de género. Un nombre que bautizó el PP de Teófila Martínez cuando presumía de poner en marcha una iniciativa que ciertamente era pionera a nivel nacional, y que Adelante eliminó nada más llegar en 2015 para mantener la actividad (que luego quedaría también reducida) pero con otro nombre y un color morado propio del partido que luego tornaría en verde cuando Kichi y compañían rompieron con Pablo Iglesias y Podemos.
Ahora, el PP ha aprovechado la tramitación de un contrato, el del servicio 24 horas de atención telefónica a mujeres víctimas de violencia de género (el 900 21 21 30, cuyo teléfono tampoco ha cambiado en estos años) que hasta ahora venía prestando la que recientemente era nombrada nueva gerente de la Fundación de la Mujer. En ese pliego que está en licitación, ya aparece nuevamente el título de Unidad Alerta para el servicio, poniendo fin a una demanda que los populares han venido elevando de manera periódica en estos últimos ocho años.
En paralelo a este expediente que recupera el nombre de Unidad Alerta, el Ayuntamiento avanza en la tramitación del contrato para instalar los nuevos rótulos del Estadio; es decir, para colocar el nombre de Nuevo Mirandilla a las fachadas del edificio municipal.
Conviene recordar que en los últimos días de Kichi como alcalde se tramitó el contrato para la construcción y posterior colocación de estos nuevos letreros. Las letras, de hecho, ya se hicieron y entregaron al Ayuntamiento, quedando únicamente pendiente su colocación en unas fachadas por ahora huérfanas de nombre porque el anterior gobierno se dio prisa en retirar el de Ramón de Carranza.
No se está tomando especial agilidad el PP en dar cumplimiento a este contrato municipal, en un impass de tiempo que está igualmente vinculado a ese interrogante respecto al nombre que el Ayuntamiento pudiera dar ahora al Estadio. Una suerte de patata caliente que le ha caído en las manos a Bruno García fruto de las promesas que su partido realizó cuando estaba en la oposición. Aseguraba el PP que si recuperaba la Alcaldía el Estadio volvería a llamarse Ramón de Carranza; pero ocho años después, el alcalde sigue evitando afrontar esta decisión (hay cosas más importantes, dice siempre). Y mientras se deshoja la margarita, la tramitación para colocar los rótulos de Nuevo Mirandilla sigue dando pasos, aprobándose en la Junta de Gobierno Local del pasado 9 de febrero, por la vía de urgencia, el “plan de Seguridad y Salud correspondiente al proyecto de nueva rotulación del Estadio Nuevo Mirandilla”, que es uno de los pasos previos, si no el último, antes de ejecutar ese trabajo.
La duda ahora es si finalmente el Ayuntamiento colocará los rótulos de Nuevo Mirandilla, dando así luz verde al cambio que propició el anterior gobierno y que tanta polémica generó en su momento; o si este trámite no conlleva en el futuro actuación ninguna hasta que el alcalde y su equipo se decidan, en algún momento, a cerrar el debate respecto al nombre del Estadio.
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