Manuel Amaya Zulueta

Ya se ha jugado la final de la Eurocopa

Más allá de lo amarillo

08 de julio 2024 - 03:04

Antesde jugarse el Alemania-España preveíamos que ésa era la final, que el que saliera ganador de esa apuesta, sería el campeón. Por eso el título de esta modesta crónica. Por eso expreso, muy temerariamente, desde luego, que España ya es campeón de Europa. Sí, sé que puedo errar el tiro y la final, no quiera Dios, pudiere ser Inglaterra-Francia. U Holanda-Francia. En fútbol todo es posible. Iluminar el futuro, aunque sea próximo, es un desatino, sí. Mas cuando escribimos que la final de la Liga de Campeones se daría en Mánchester, no metimos la zanca. El que encajare menos penaltis en la tanda, sería campeón de Europa, y así aconteció. Lunin hizo lo inverosímil, o sea, quedarse quieto en el centro de la portería y la zurda, otrora sedosa, de Bernardo Silva se la entregó en una vaselina, en este caso casi hemorroidal. La pelota nos ofrece esta paradojas asombrosas.

He visto jugar a todas la selecciones nacionales y no he advertido ninguna que sea mejor que la de España. Inglaterra me aburre, aunque a veces Bellingham redime los muebles; Francia es un tostonazo, Embapé no ha hecho ni pum (estaría gracioso que sacara a relucir su fútbol potente contra los hispanos); Países bajos ha puesto un poco más de garra y un pelín más de fútbol que ambos.

Pero el fútbol majestuoso de España es para quitarse el sombrero. ¿Quién ha mostrado dos extremos como España? Y eso que nos enfrentamos a Silva, a Musiala, a Sané, a Kvarastelia, y otros cuyos nombres no recuerdo. Las pases filtrados de Lamine no los he visto en todo el torneo. Dani Olmo aún se lo está agradeciendo, o cómo ese nuevo nueve (sálvese la paronomasia) chiquito que nos ha surgido (léase Alcaraz) abrazó al de cuarto de ESO cuando éste le colocó un balón entre defensas y portero, y, repito, ese nueve magnífico que nos ha brotado del césped, metió la puntera y marcó. O el golazo de Nico a Georgia. O la de veces que ambos encaran. Ojo: encarar es lo más difícil en fútbol. Irse hacia el contrario y decirle con los pies, “quítamela” es lo más de lo más. El resto puede aprenderse poco más o menos, mejor o peor; pero eso se trae en la masa de la sangre desde la infancia. Es verdad que nuestro 9 no está dando su mejor cara; pero molesta a los centrales, busca el gol con ansia sana, preocupa en los centros aéreos, aunque Joselu se merecería más minutos, pues en Champions fue de lo mejor del Madrid. En el área nos hizo olvidar a Bellingham, a Vini y al resto de la tropa blanca. En el centro del campo tenemos al mejor. Curiosamente, al mejor del mundo, Busquets, ha sucedido otro mejor del mundo, Rodri. Es un jugador único. Nada hace mal. Fabían ha bajado el rendimiento tras su partido estelar contra Georgia. Simón, si olvida el síndrome Ter Stegen, vale, bajo palos es aceptable.

Bien, pues todos estos que vencieron a Alemania con un hipergolazo de Merino, si esto de la bola tiene cierta coherencia, serán campeones de Europa de nuevo. Lo afirmo sin pudor, el que arriesga es el que gana. Y, además, si no acierto, ¿qué me va a pasar? ¿No sigue acaso Puigdemont en la calle?

stats