La Corredera
Las lágrimas...
La Corredera
Escribo para quien esté llorando o para quien quiere llorar y no tiene lágrimas. Y para empezar aquel verso de Rubén Darío “cuando quiero llorar no lloro y a veces lloro sin querer”. Hay mucha gente con el corazón encogio, gente, hombres y mujeres, adultos y jóvenes que tienen una pena muy grande y no sabe cómo quitarsela de encima. Para todos ellos mis palabras deseando que se abra el horizonte para ellos y luzca el Sol de nuevo en sus vidas.
La vida transcurre de muy diversas maneras. A veces se tuerce el camino y lo que se está buscando, desaparece como por ensueño. Es el amor, es el cariño, es la amistad, es la compañía, es la soledad, es que se fue quien amaba, o se fue al otro mundo. Y el alma queda engurrumía y seca, como la arena del desierto. Y lo triste es que quien lo sufre, no ve horizonte alternativo y se sume en la desesperación y cuando no, al menos en la desidia y el abatimiento.
En el Diario todos los días aparece o de vez en cuando, más de vez que en cuando, la noticia de una aprensión de coca o de otra droga. Hay mucha gente, muchísima gente que con sus compras de droga pone ricos a unos pocos sinvergüenzas que suben y se enriquecen con el dolor de los tristes y apesumbrados. No me invento nada, leo todos los días nuestro periódico y raro es el día en que no aparece una de estas nefastas noticias.
¿Cómo te diría yo amigo mío o amiga mía que me lees, que te alegres, que no recurras a sus drogas ni a otras alternativas nefastas para paliar tus sentimientos?... Pues mira la droga tiene principio, pero no tiene fin. Como caigas en ella, te sumes en un precipicio sin fondo. Tienes que tener un arrebato de valentía y cambiar el camino y la solución. Mi grito, mi alarido, mi chillido, para ti es que tu pesar tiene solución. Te lo aseguro. Llora si quieres y si no tienes lágrimas estruja tu corazón con tus manos hasta que brote un ansia de vida y de futuro.
Mira cuando te entre la depre, sin pensarlo, sal corriendo y llegar a Juan Cubierta en la carretera de los soldados, o en cualquier carretera de tu pueblo y acaba sudando la gota gorda. Y una cosa que nunca falla,… di a todo quisque buenos días o buenas tardes o buenas noches, aunque te tomen por loco. Lee cosas de historia o novelas del oeste. Lo que sea pero que te distraigas. A veces es necesario acudir al psiquiatra o al psicólogo. Y haz como yo contaba una vez… cuando pases por una Iglesia, siéntate en el último banco en silencio dile a Dios…· Dios aquí está Felipe, o Juana, échame una mano por lo que más quieras. Y al cabo de un cuarto de hora te vas.
Mira te voy a poner un ejemplo, aunque sea mío. Yo fumaba veinte puros al día y me quité con pastillas Juanolas. (Son muy baratas) Cada vez que me apetecía un puro, chupaba una Juanola y sin masticarla. Lo logré y sin siquiera comprar en mi botica pastillas más caras para dejar de fumar. Pues tu haz lo mismo amiga mía. Te lo deseo. Cuando te venga el caradura de la coca lo mandas tomar por c… Y tú sales corriendo a dar una vuelta a tu pueblo.
P/D ¿Mira que si me haces caso y conseguimos mandar a hacer puñetas la depre?
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