Enrique Montiel
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No ha lanzado ninguna proclama populista; de hecho, hasta se le puede achacar demasiada discreción y hasta cierto punto un dudoso silencio ante la opinión pública en el momento más álgido de los conflictos. No se le ha visto, megáfono en mano, dirigirse a ningún colectivo ni incitar a ninguna acción. Pero de manera prudente, con mucho diálogo con las partes y muchas horas de reuniones con los técnicos municipales, ha conseguido en la misma semana, con apenas unas horas de diferencia, solucionar dos convocatorias de huelga que le hubieran hecho mucho daño a la ciudad.
El Partido Popular ha dado estos días un rotundo golpe en la mesa con la gestión que ha realizado de las dos huelgas. De la convocada por los trabajadores del servicio de Ayuda a Domicilio, que llevan meses reclamando soluciones a su débil situación laboral; y de la anunciada por la plantilla de la limpieza viaria y recogida de basuras que hubiera supuesto un duro varapalo para la ciudad en pleno Carnaval.
Así que de repente, sin megáfonos en manifestaciones, ni proclamas en camisetas, “ni mensajes en redes sociales” -como señalaba el propio alcalde en una comparecencia ante los medios estos días- resulta que la lucha obrera está del lado del PP; que ha sido el gobierno de Bruno García quien ha resuelto dos problemas que de algún modo tienen su origen en el anterior equipo municipal que lideraba Kichi.
El conflicto de la limpieza, según indican fuentes municipales, nace en un compromiso de Adelante para actualizar el contrato, lo que desbloqueó el anterior enfrentamiento entre empresa y trabajadores aceptando esa subida salarial del 4% que estaba sujeta a la actualización que luego el Ayuntamiento no ha hecho “porque los técnicos decían que era imposible hacer”. Es decir, que el PP se encontró “con una promesa que no se podía cumplir”.
En este punto, el alcalde decidió reunirse con un equipo de ocho o nueve personas (empezando por su concejal de Medio Ambiente, José Carlos Teruel) con el que buscó salidas al conflicto. Y hubo una reunión tras otra, y un encuentro tras otro, hasta que llegó el posible desbloqueo con una revisión del contrato que, esta vez sí, la ley obliga a hacer en 2025. “Así que no se da más dinero, sino que se hará la revisión que marca la ley y como lo marca la ley”, se precisa en San Juan de Dios.
Mucho más crítico se muestra Bruno García en el otro conflicto, el de la Ayuda a Domicilio, que arrastra “un problema muy fuerte”: llevan cinco años con el contrato caducado. Pero es que la situación es aún más grave si se tienen en cuenta las cuentas, con una plantilla que sigue cobrando 12,90 euros la hora pese a que la Junta de Andalucía ha ido incrementado el precio estos años hasta alcanzar los 15,40 euros por hora y después de que el anterior gobierno no aprobara el nuevo pliego hasta días antes de finalizar el mandato con un precio de 15,61 euros la hora que nunca llegó a ponerse en práctica por la renuncia de la única empresa que había concursado.
Este escenario requería una implicación mayor del Ayuntamiento, una actuación más allá de la mediación, la toma de decisiones que solucionaran el conflicto y que más allá de la huelga mejoren las condiciones de la precarizada plantilla de Ayuda a Domicilio. “Han sido meses de innumerables reuniones internas”, aseguran en San Juan de Dios. Hasta llegar a una solución decidida: reconocer una deuda de más de 700.000 euros con la empresa que sigue prestando el servicio, lo que permitirá poner al día la situación económica actualidad; abonar a partir de ahora la cantidad que ha establecido la Junta de Andalucía para el servicio (15,41 euros la hora); y fijar en el nuevo pliego de condiciones que se está redactando un precio-hora que no baje de los 20 euros; lo que, a su vez, supone destinar en los presupuestos a la Ayuda a Domicilio 1,3 millones de euros más de lo que estaba fijado en la estructura económica del anterior gobierno local.
De este modo, con equipos de ocho o nueve personas alrededor del alcalde para analizar un conflicto en el que llevan meses trabajando (el de Ayuda a Domicilio) y otro que sobrevino hace apenas dos semanas (el de la limpieza) ha conseguido el Ayuntamiento sortear dos huelgas al poco de hacerse con los mandos de la ciudad.
“No he hecho nada nuevo que no pudiera haber hecho el anterior gobierno”, lanzaba el alcalde a modo de dardo rotundo a Adelante, a los anteriores gobierno y a la actual oposición. El Ayuntamiento, dice Bruno García, ha pasado de los dichos, de las proclamas y los gestos vacíos, “a los hechos”, “a la decisión política de invertir más en servicios sociales”. Y a remangarse ante conflictos laborales que llaman a la puerta del Ayuntamiento.
Unos tienen la fama y otros cardan la lana.
La decisión ya anunciada de elevar hasta los 20 euros cada hora de trabajo en el servicio de Ayuda a Domicilio cierra la incógnita económica que el alcalde anunció hace semanas en relación a la configuración del presupuesto del Ayuntamiento. De este modo, es de esperar que el documento que configurará la gestión y las posibilidades económicas de la ciudad para estos próximos meses no siga demorando su culminación para presentar un borrador que el gobierno, con mayoría absoluta, compartirá con la oposición antes de iniciar su formal tramitación en el Pleno.
En este punto, conviene acordarse de que el gobierno de Adelante nunca se sentó con el PP cuando gobernaba Kichi, porque en todo momento rechazó hablar con ese partido. ¿Rechazará ahora, por coherencia, Adelante acudir a esa reunión de presupuestos cuando sí sea convocado por el Gobierno de Bruno García?
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