Tribuna Económica
Joaquín Aurioles
Inventarios de diciembre (4). Desigualdad
En un visto y no visto, y medio año antes de que lleguen los Carnavales, ya tienen los autores sus primeras ideas para las coplas. Y es que el encharcado jardín en el que se ha metido el Ayuntamiento gaditano con el concurso para elegir el cartel que anuncie la fiesta de 2025 ha sido puro fango. Nada les ha salido bien porque el desarrollo público del certamen y su resolución final vienen a demostrar que a esta sociedad le queda aún mucho camino que recorrer para controlar debidamente la inteligencia artificial. Un avance que no sólo amenaza la creatividad artística, como ha sido el caso, sino que seguramente puede hacer tambalear más de un oficio en un futuro inmediato. Los responsables municipales tendrán que analizar convenientemente el fiasco de un concurso que ha supuesto un ridículo considerable con el nombre de Cádiz y de su fiesta grande en lo más alto.
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