Manuel Amaya Zulueta

Más de lo mismo

Más allá de lo amarillo

26 de octubre 2024 - 03:04

Nosé lo que nos costó el guardanada Caro; pero en Éibar, nos salió muy caro, carísimo, porque a la media hora pifió y adiós Pampa mía. Y no era un pepinazo de Puskas, no. Sea como fuere, otro desastre. Y van… Nuestro amadísimo López movió la coctelera de los errores again y sacó un equipito medianito, sin los dos mejores que ahora carburan: Ontiveros y Ocampo. Fuera Gil, Glauder haciendo de Pacha Espino, Alcaraz al… Hizo debut Kovacevic, que no fue culpable de nada… Y arriba los dos lacios, primero el cada día más torpón y después el más delgadito, Carlos. Ninguno de los dos están pa na. De Sobrino, como siempre, o sea, que por hache o por be, nunca encuentra al tito Gol. El santo Emeterio se quedó en el huy en el minuto dos. En el si hubiera… La tontera de todos los días. Y si… Por poco… Si llega a ir ese balón medio metro más… Tontera, palabra que usaba a menudo el escritor de la Isla, Luis Berenguer. Recomiendo su novela El mundo de Juan Lobón. Pero debo reconocer que no se mereció el Cádiz ese gol, no estaba haciendo encajes de Almagro; pero no era inferior al equipo armero, como les gusta decir a los del micro. Realmente los dos fueron dos caricaturas de team. ¿Cómo puede el Éibar estar arriba y mi Cai abajo si ambos son anverso y reverso de un mismo paño? Quiero decir igual de malos. El viento del azar, que, dada la morrocotuda igualdad que existe en segunda, un día sopla de popa y otro día ni bufa siquiera. Al Exglorioso nunca le pega el levante bien. Tampoco él hace grandes esfuerzos para que el turbión de la suerte hinche sus remendadas velas. Sobre la hora de juego entraron los Ocampos, Ontiveros, Melendo y el sargento-semana. Poco colmillo dijo el comentarista, refiriéndose a la banda amarilla. Poco colmillo y sin molares y sin… Uff, que difícil es escribir de la nada, amado lector. Así que ahí lo dejo como diría Millán Astray.

Menos mal que hemos visto en dos días football del good, furbo por un tubo, que alegría par cuerpo, joder. Vimos la próxima final de la Champions: Madrid-Barça. Mira que si acierto… Porque en media hora. Vini, y los otros, jugando a la pelota, corriendo más que Gento y Gaínza y olvidándose de si racismo u odio o la Biblia en pasta, le metieron 5 a otro gallito alemán. Y después del Cai, otro monumento nacional: un Barça que creo me ha brindado el mejor primer tiempo de fútbol que yo haya visto en mi vida. Con 3 años me llevaba mi santo padre que santa gloria goce al Mirandilla, al Mirndilla de verdad. O sea, que entre los de la tele, miles, y los-de-en-el-campo, llevo viendo balompié toda vida. Dos monstruos: Vinicius y Flick. Cuando Vini se calla se le pone cara de balón de oro. Y lo otro, lo del Barça fue más coral, aunque por encima de todos, Rafiña, un desahuciado hace unos meses, metió tres chícharos y esa maravilla que son Pedri y Lamine, pareja que con los otros monstruos nos va a hacer ganar el Campeonato del Mundo para España. Porque, oh, paradoja de las paradojas, el equipo de los indepes de pacotilla, es la despensa de nuestra selección, el team de todos. Amén.

Finalmente, el Pupas pincha. Otra vez. Y seguirá pinchando mientras no se quite de encima a esa rémora ultradefensiva y temerosa llamada Simeone: 5 defensas en línea, 4 por delante y arriba la excelente Araña argentina, que pronto se arrepentirá de haberse puesto en manos de un entrenador anticuado que no mira lo que hace Flick con la Masía, ni juega con peloteros de ataque, o de contrataque, más bien, la Tortue (Mbapé), Vini, que se sale, que aún lo está buscando el turco, Bellingham, Rodrigo… Lewy, Lamine, Maravillapedri, y el resto.

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