Mata Matos

Haymomentos en los partidos en los que una decisión bien tomada, una medida oportuna, pueden modificar rotundamente el resultado de éstos. Y viceversa. En este envite del Exglorioso en la ciudad que vio nacer al grandísimo poeta Vicente Aleixandre, premio Nobel de literatura, por más señas, pasó precisamente eso, pues Garitano-Gaditano, cuya contratación ha plasmado uno de los pocos éxitos de don Vizca en esta temporada, ya muy avanzado el match, tuvo, por segunda vez esta campaña, la bienhechora idea de remachar la banda izquierda con dos laterales, uno el sorprendente goleador Mario Climent, y otro, más adelantado y libre de la obligación de una marca fija, José Matos. Y todo fue salir el chico de las medias cortas y del mostacho a lo mosquetero de Luis XIII, trincó una bola por en esos momentos despoblada banda izquierda de los malacas para, aprovechando su velocidad, es quizá el más veloz de la plantilla, iniciar una correría que ningún rayado pudo contener, y llegando al área de los sustos, levantó la cabeza un segundo y, avizorando al asimismo recién salido Óscar Melendo, regalarle el primer gol. Éste, Melendo digo, tampoco estuvo torpe para golear, desde luego. Acertó a tope. Unos minutos después, apuesta muy parecida. El matador Matos esta vez sin el Melendo de turno a su lado, decidió hacer de Juampalomo y metió el gol de la temporada. Bravo, Matos. Colaste lo que se llama un golazo, un extragol. Una vaselina por encima del guardapuerta, un toquecito dulce. Como de la añorada Camelia. ¿Se acuerdan ustedes?.

A ver en el Cai quién hubiera metido ese chicharito, me pregunto mientras cae la Dana generosamente sobre los tejados y el enano Hozgarganta se va haciendo sombrío Goliat hacia el Guadiaro. ¿Los dos nueves? Lo dudo muchísimo. Uno todavía no ha visto la portería contraria, por ejemplo. ¿Ontiveros, hoy el pimpampún de las patadas malagueñas? Mira, éste quizá, porque cuando está fino y no aporreado es el mejor. Pero han comprendido todos que es de los más exquisitos de toda la división y van a ir a por él domingo sí y domingo no. Ponte una armadura en los tobillos a partir de ya mismo, Onti. Una vez bigoleado el adverso, éste bajó los brazos recatadamente. Por otro lado, tampoco es que creara excesivo peligro la cuadrilla azulona. Hablando de memoria, creo que no disparó a puerta ni una vez, ¿verdad? Vacaciones en el mar para David Gil.

Que cunda el ejemplar patrón Garitano-Gaditano. Y cuenta más con esa rabia contenida con la que juega Matomata. Que además, te vale para arrimar el hombro al trigoleador Climent en momentos en los que haya que protegerse atrás. Y acuérdate más de Melendo, que ha demostrado que se puede contar con él incluso desde el principio Terminando, Matamatos, mata más, que eso en el furbo nunca es delito, ni siquiera de odio. Todavía.