El parqué
Jaime Sicilia
Siguen las caídas
Análisis
En un escenario de incertidumbres, originado por la pandemia y sus repercusiones económicas y sociales, es oportuno plantear el futuro de la ciudad y qué actuaciones desarrollar. Ante las crisis la peor decisión es no tomar ninguna. Por eso, es importante y urgente reflexionar sobre cómo podría ser Cádiz en los próximos 20 o 30 años, cuál podría ser el propósito de sus habitantes, y qué acciones son posibles emprender ante los grandes retos que se avecinan.
El éxito de lo que se haga estará condicionado, muy probablemente, por dos grandes cuestiones relacionadas: el futuro de Europa y la sabia utilización por la ciudad de las oportunidades que se crean con el plan europeo y su plasmación en España y Andalucía.
El futuro de Europa pasa por el horizonte de esperanza que trae el Plan Europeo de Recuperación Next Generation en el marco de un presupuesto a largo plazo. Con 1,85 billones de euros, su propósito es invertir en el bien común de Europa. No es un acto de generosidad, sino de supervivencia que la ciudad tiene que conocer y aprovechar alineando sus intereses y las políticas de todos sus actores -instituciones, empresarios, sistema educativo y sociedad en general- con los de los tres grandes pilares de Next Generation: el pacto verde europeo, como estrategia de crecimiento; un mercado único, más profundo y más digital; y, una recuperación justa e inclusiva.
El primero, el Pacto Verde Europeo será el motor de la estrategia de crecimiento europeo en donde se crearán cerca de un millón de empleos relacionados con la economía circular, reduciendo la dependencia de proveedores externos, generando empleo en el sector de la construcción, en industrias intensiva que requieran renovarse, en la creación de infraestructuras sostenibles, en el tránsito hacia tecnologías de energías renovables, entre ellas la marina.
En el transporte se hará hincapié en acelerar la producción y la implantación de vehículos y buques sostenibles, así como de combustibles alternativos. Se prevé la instalación de un millón de puntos de recarga, la renovación de las flotas de ciudades y empresas con vehículos limpios, las infraestructuras de transporte sostenibles y la transición a una movilidad urbana limpia. El consumo de proximidad facilitará iniciativas locales que refuercen las cadenas de suministros. Todo ello fomentará nuevas oportunidades de reciclaje profesional, creación de empresas y de empleo.
El segundo pilar, un mercado único más profundo y más digital pasa por invertir en una mayor y mejor conectividad. La rápida implantación de la 5G tendrá efectos expansivos indirectos sobre la salud, la educación, el transporte, la logística y los medios de comunicación. Eso supondrá una industria más fuerte que invierta en puntos estratégicos de la cadena de suministro digital contribuyendo a cerrar la brecha digital de Europa, que en algunos territorios -entre ellos Cádiz- se ha vuelto aún más evidente durante la crisis.
Se necesitarán espacios comunes europeos de datos para la aplicación del Pacto Verde Europeo, la sanidad, la movilidad y la Administración pública que tendrá repercusiones positivas sobre el empleo de las empresas europeas de menor tamaño y permitirá la reducción de los trámites administrativos.
El tercero, una recuperación justa e inclusiva, se orienta a atenuar los riesgos del desempleo y de la desaparición de empresas solventes. Aborda las desigualdades que se han agravado con la crisis y fomenta la cohesión territorial. Su punto de partida es la solidaridad, entre personas, generaciones, regiones y países. Entre sus fines contempla: salarios mínimos justos, la necesidad de cerrar la brecha salarial de las mujeres, el apoyo al empleo juvenil a través de la formación, el retorno de los más vulnerables al mercado laboral, el envejecimiento de la población y la inclusión de las personas con discapacidad. Plantea intensificar la lucha contra el fraude fiscal y establecer una base imponible consolidada común del impuesto sobre sociedades, lo que puede contribuir al crecimiento económico y a reforzar la dimensión institucional de Europa. Todo ello supone mejorar y adaptar las capacidades, el conocimiento y las competencias para que los niños, los estudiantes, los profesores, los formadores y todos los ciudadanos actualicen su educación digital.
La lectura detallada del programa de acciones europeo hace énfasis en el “Momento Europa” como declaración de la voluntad de estar unidos a la altura de los retos y de invertir en las personas para una recuperación colectiva y un futuro mejor para las próximas generaciones. ¿Podemos plantear que estamos también ante el “Momento Cádiz”? ¿Puede la ciudad, y sus alrededores, ser un microcosmo para experimentar y ajustar sus estrategias a los retos que plantea Europa?
Las catástrofes sirven para mover voluntades. Las estimaciones científicas convierten a la ciudad en un auténtico submarino, y no amarillo, si el nivel del mar sigue subiendo por el cambio climático. Es momento de actuar, de alinear los recursos e intereses de la ciudad con las oportunidades que brinda los retos europeos y su traducción en planes nacionales y regionales. Construyamos juntos un ecosistema de innovación y emprendimiento azul que movilice y atraiga al talento.
Es momento de liderazgos compartido: en la UCA y en el CEIMAR hay talento y ganas, el Consejo Social de la Universidad lo preside ahora una persona de la valía de Federico Linares, el reciente informe del Colegio de Economistas hace propuestas precisas, la Junta de Andalucía ultima el plan estratégico de emprendimiento, la Autoridad Portuaria y la Zona Franca son destacados actores institucionales con potencial, la Diputación provincial conoce al detalle los recursos de las comarcas, nuestra industria naval y aeronáutica ha desarrollado capacidades de alto rango tecnológico, las asociaciones de empresarios y los sindicatos comparten inquietudes y esperanzas, los medios de comunicación son sensibles a los retos al igual que otras instituciones locales.
Cádiz puede movilizar sus capacidades creativas dibujando horizontes en los que confiar, poniendo freno a sus problemas crónicos de fracaso escolar, desempleo, vivienda y de huida de talento, conectando la inteligencia que se fue a otros territorios -pero que sigue emocionalmente ligada a la ciudad- con los retos del futuro. Cádiz puede innovar y emprender en azul, utilizando la ciencia, la investigación, la educación y la formación profesional de calidad. Esforzándose, haciendo las cosas mejor, sin culpar a otros, siendo críticos pero proponiendo soluciones.
Midiendo el riesgo a asumir en los proyectos a emprender, construyendo alianzas con otras ciudades, empresas e instituciones, tejiendo una red de complicidades en cuestiones muchas veces comunes con otros territorios, con Europa. Cádiz es frontera y en eso tiene ventajas, ha sabido mirar al horizonte, emprender y navegar en numerosas aventuras en su larga historia, el mar le ayuda a mirar lejos.
También te puede interesar
El parqué
Jaime Sicilia
Siguen las caídas
Puente de Ureña
Rafael Duarte
Autores y autorías
El parqué
Nicolás López
Jornada de descensos
Tribuna Económica
España, locomotora de Europa: ¿espejismo o realidad?
Lo último
La Revuelta VS El Hormiguero
Pablo Motos responde a David Broncano tras su denuncia por presiones a los invitados