Monaguilloscontra cuarteteros

17 de febrero 2025 - 03:04

Cuando yo era mocita los niños de mi barrio querían ser monaguillos y ayudar en la Santa Misa al padre Ataúlfo. A ningún zagal se le pasaba por la cabeza coger dos palos y ponerse a soltar ordinarieces en un teatro para mayor gloria de sus abuelitas. Hasta eso ha cambiado en este nuevo Cádiz decrépito. ¿Se han dado cuenta que esa aberración a la que esta chusma llama cantera no para de proliferar? Cada vez hay más cuarteteros. El hijo de fulanito, el sobrino de menganito, el cuarteto de los niños, el de las niñas, el de los niñes... Con lo bonito que era un monaguillo delante del sacerdote en una procesión de Gloria. Es más, me cuentan mis infiltradas en este concurso pueblerino, que en muchas sesiones se han hecho notar infantes chabacanos soltando sus gracietas. Pero, a ver señores, ¿estos acólitos del demonio no tienen clase en La Salle a primera hora del día? Nana coco a las nueve de la noche y a rezar las cuatro esquinitas tiene mi cama. ¿Quién le habrá dicho a estas criaturitas que son graciosos? Lo único bueno es que, con un poco de suerte, en cuanto lleguen a la adolescencia empezarán a fumar cigarritos aliñados y ya no se acordarán ni de los repertorios. Con una neurona que tienen para turnarse entre los cuatro no me extraña que en el colegio suspendan hasta el recreo. Y sus padres tan tranquilos.

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