Antonio Morillo Crespo

Moros y cristianos

La Corredera

19 de julio 2024 - 03:04

Afortunadamente eso pasó a la historia, cuando unos hacían guerra contra otros, “en nombre de Alá”, “en nombre de Jesucristo” y se mataban con furia, con crueldad, luchaban hasta el exterminio. Y lo más grande era que creían que esa era la orden, el mandamiento de Dios, cada Dios. Y Dios es paz, es concordia, es hermandad, es amor. Dios se ha manifestado a cada pueblo con un nombre y con unas características. Estoy seguro que El mismo se reiría cuando veía a unos ya otros luchar en su nombre. Y por otra parte imaginar cuando ambos combatientes muertos en el fragor de la batalla, se encontraran en el mismo Paraíso.

Viene esto a cuento porque hoy las niñas no quieren tener hijos, a lo más uno o dos. Y cuando les dices que dentro de veinte años aquí no va a haber más que moros y negros, se ríen. Les pregunto cuántos hijos tuvo su madre o su abuela…y hay respuestas cada vez más peregrinas… “yo tengo bastante con mis sobrinos”, “¿y cómo los crio?, ¿y toda mi vida fabricando niños?...

La historia de la humanidad es muy larga y creemos que solo discurre con nuestra existencia. Y esta es sólo una mijita de la historia del hombre. Dicen que comenzó en las llanuras del África, Etiopia, Abisinia…. y desde allí se extendieron los homínidos hacia Asia y hacia Europa, siglos y siglos. Resulta que la historia se repite y ya vemos como desde la misma África vienen y vienen sus habitantes poblando nuestras naciones, las que llamamos civilizadas. Y el tiempo pasa y pasara y llegara un día en que por aquí haya más negros que blancos y todo por lo dicho, que no se quieren tener hijos. Observen ustedes, un ejemplo, como en los equipos de futbol cada vez hay más jugadores de color. Raro es el equipo inglés, francés, español, alemán que no cuente en su plantilla uno, dos o muchos más. Y además valiosos, nada de torpes.

Ha llegado a Vejer un sacerdote de raza negra, natural de Senegal. He hablado con él y lo encuentro muy competente y agradable. Hablando con él le cuento lo que hace poco yo leía sobre la trata de esclavos, como desde África sacaban del interior largas filas de hombres y los embarcaban en los puertos de la costa. Navegaban hacia América apiñados en las bodegas en unas condiciones espantosas, hasta el punto de que muchos morían y los negreros los tiraban directamente al mar para pasto y comida de los tiburones. Yo le decía al referido sacerdote, que no solo aplicara la misa para quiénes de entre nosotros pagábamos estipendios, sino también para aquellos millares de sus antepasados referidos. El muy correcto y agradable me daba la razón.

P/. A pesar de que todavía hay guerras INCOMPRENSIBLES, antiguas, acabo de leer la crueldad del Rey de Asturias Alfonso III (S. X) que sacó los ojos a sus cuatro hijos porque estaban intrigando. Tuvo que ser hijo de Putin. Y modernas de ahora mismo... Israelitas y musulmanes en Palestina, Ucrania sus habitantes y los rusos, tenemos que estar contentos con vivir donde vivimos. Un ejemplo, dialogaba un moro y un español sobre lo divino y lo humano. El segundo decía “al fin dentro de poco iremos al cielo”, a lo que el primero le replicó: “al cielo iremos nosotros, ustedes ya lo tienen aquí”.

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