
El Alambique
Libertad Paloma
Ventolera
El Alambique
Es una responsabilidad enorme tratar de explicar, desde el respeto a la cultura de la copla y a nuestras tradiciones, cuánta culpa pudo tener esta en la historia de esas mujeres de entonces que oían la radio mientras hacían sus tareas domésticas. Señoras sin posibilidades de acceso a estudios, gimnasios o lecturas. Lo más, charlar en bucle con otras mujeres como ellas. O tal vez fuera al revés, que la copla doliente surgió como respuesta a lo que se vivía.
La idea surgió cuando escuché a Concha Piquer cantando Me lo dijeron mil veces mientras conducía.
Esta copla, preciosa y conmovedora, cuenta la historia de una madre, enamorada perdidamente de un hombre que no merece su amor. Contiene versos desgarradores explicando que le espera hasta muy tarde sin reprocharle nada, y que a lo más que se atrevía a preguntarle era que si él la quería. En otro momento confunde la nana para dormir a su pequeño con su obsesión: el quererlo más que a sus ojos, más que a su vida o que a su propia madre.
Si no fuera el Día de la Mujer no me hubiera enredado en este artículo. Pero las Voces Lectoras estamos preparando el Tercer Encuentro de Mujeres Escritoras, con el fin de dar visibilidad a tantos años de segundeo y claro, oír este contraste cantor hizo que me preguntara cuántos años de mensajes tortuosos hemos sufrido las mujeres en una sociedad pasada repleta de injusticias como que el hombre se negara a asumir la paternidad, o que la dama de turno callara ante la infidelidad, el maltrato, o el servilismo disfrazado de amor.
“Ahora todo es diferente”, pienso. “Ya no tiene por qué ser así”. Y entonces aterrizo: no es verdad. Acude a mi memoria la conversación reciente con una profesora, asombrada de la cantidad de abandonos escolares de jóvenes, el machismo de algunos muchachos y el que las chicas puedan entender que amar signifique sometimiento.
Aún no es diferente para demasiadas muchachas. Me araña por dentro que los jóvenes puedan abandonar los estudios sin posibilidades de oficios dignos. Esto solo repite los mismos hechos con canciones distintas.
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