Antonio Morillo Crespo

“que no sabe más que rempujar”

La Corredera

08 de enero 2025 - 03:04

Los niños tienen también filosofía. Hace días comenté una frase frecuente entre ellos (recuerdos y añoranzas de aquella juventud). Hoy vuelvo a traer a mis escritos una frase muy común entre chavales que cantaban cuando era necesario: “Que tú no sabes jugar, lo que sabes es rempujar. Le metimos tres a cero con el tuli tuli pan”. Y se añadía el nombre del equipo al canto “Alabí, alabá, alabín bom-bá’ y nadie mas”. Y ello con todo el corazón y con todos sus pulmones, porque les salía del alma. Y era el hecho de que el equipo contario era marullero y empleaba los empujones, las zancadillas y todo de todo con tal de dominar al contrario.

Hoy nosotros también tenemos que cantar “lo que saben es rempujar”. Creía que esta palabra no estaba en el diccionario, pero sí está y la define como “hacer fuerza contra alguna cosa o persona. Echar a empujones”. Pensemos, meditemos, queridos amigos cuantas veces se emplea la violencia para que se haga lo que particularmente apetece o desea. Es obligar a lo bruto para conseguir el propio propósito o deseo. Y esto no se refiere solo a la política, es desgraciadamente una práctica muy usual en nuestro devenir diario. Es obligar a alguien a secundar mi deseo o mi intención. Y no valen excusas, por eso los empujones, con tal de meter el gol en la otra portería.

Por supuesto que hay lo contrario. El juego limpio, el debate organizado y educado, el aceptar el comportamiento o manera de pensar del otro, sin querer imponer a la tremenda la mía propia, es convencer al contario por las buenas no por las malas. Y no terminar un diálogo, tajantemente con “pues esto es lo que hay y si no puerta”.

¡Claro aquí no hay árbitro que medie o juez que dirima el asunto entre dos, solo hay diálogo y diálogo. Si no otro gallo cantaría. Pero a pesar de todo es mejor que no haya árbitro, porque si lo hay la solución esta más que clara, se saca tarjeta amarilla o roja al que empuja o zancadilla, y al otro una palmadita en la espalda.

Os habrán traído los Reyes muchas cosas, desde una maquinita Pérez a un abrigo de visón. Pero tener una mente y un corazón sano, ná de ná. Por eso es cuestión personal, de autoeducación, de autoestima, sabiendo que solo con buenas formas o con buen comportamiento cumple uno lo que por razones naturales es obligación.

P.D. “Que tú si sabes jugar, lo que sabes es combinar, hemos de quedar empatados con el tuli tuli pan”. ¿A que suena mejor? Estoy seguro que todos pensaremos y meditaremos nuestro comportamiento diario y sabremos poco a poco, si es preciso, ir siendo más tolerantes, dialogantes y buena gente.

Mi felicitación más cordial para todos. Un abrazo.

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