No sean injustos con David Sánchez

Balas de plata

13 de enero 2025 - 06:00

Sean justos con David Sánchez, no es fácil ser el hermano mayor del líder supremo. Imaginen las cenas de Navidad y a su madre comparándolos: "Este es músico, pero el artista de verdad es el otro, mi Pedrito, que ese sí que tiene arte. Tienen timbres de voz parecidos, pero el que embauca es mi pequeño". Y sigue el padre: "Yo siempre lo he dicho, que el que se parecía más a mí era Pedro, David sale más a la familia de mi mujer. Estaba claro que iba a llegar lejos, a Jefe de Estado o algo así, Pedro, me refiero, no David". Así que no, no sean injustos con el pobre David porque haya estado pelín torpe en los interrogatorios judiciales, porque un Mozart, un Bach, un Albinioni, no está acostumbrado a responder a juezas (fachas) con coherencia, sino a leer corcheas, distinguir el Do sostenido del Fa y componer obras culmen de nuestro tiempo como cualquiera de las que haya compuesto un director cualquiera de una Oficina de Artes Escénicas de Badajoz, o un coordinador de los conservatorios de la ciudad, o lo que sea que compusiera David en 2017.

El problema es que se está utilizando al hermano de Sánchez para atacar a Sánchez, cosa poco habitual en Sánchez, por otro lado. Se acusa abiertamente a David Sánchez de absentismo laboral, cuando él ha sido un precursor, un adelantado a su tiempo, la persona en la que se ha fijado Yolanda Díaz para instar la rebaja de la jornada laboral a 37,5 horas semanales. Ya lo debió augurar el importantísimo músico, hoy imputado: el teletrabajo lo inventó Manuel de Falla. Es por eso justamente -y no por lo que apuntan los juristas (fachas) que le atacan sin fundamento- que el Sánchez músico no supo ubicar la antes citada Oficina, que imagina -con fundamento- que se halla donde él tiene su despacho. Ese egocentrismo sí que tiene raigambre familiar, al parecer.

Sean justos con David Sánchez. Los de Manos Limpias han aprovechado la adquisición por su parte de un casoplón en Portugal (aún por reformar, imaginamos) para denunciar que se le dio el puesto a dedo, que en su trabajo lo conocían menos que a Falete en Afganistán, y que presuntamente había cometido delitos de prevaricación, malversación, tráfico de influencias y contra la Administración Pública -vulgo, fraude a Hacienda, la Seguridad Social y hasta el Mercadona-. Vaya injusticia. Otra vez las instituciones atacando a los músicos. Qué difícil es vivir de su arte en este país, y si no que se lo digan a Nacho Cano.

David Sánchez confía en salir pronto de este aprieto y que se demuestre la transparencia de su proceso contratador y del correcto cumplimiento de las funciones que se le tenían encomendadas. No hay mejor manera de explicarlo que la utilizada por el letrado del hermano mayor de Sánchez: "es mucho más cómodo hablar por boca de ganso que leerse los 4000 folios de las actuaciones (…). Es como si me organizáis a mí una fiesta de cumpleaños, yo no sé nada, voy allí y resulta que hay coca". Amén. Todo ha quedado claro. Habrá que estar a la espera del inmediato auto de sobreseimiento de la causa penal, si no se quiere ser injusto con David Sánchez.

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