Manuel Amaya Zulueta

Noches de ronda

Más allá de lo amarillo

29 de noviembre 2024 - 03:04

Latardinoche no pudo ser más esplendorosa. El Aleti madrileño, que es de poquitos ya-me-entiende, se hinchó de meter goles. Se congestionó casi. Un inciso lingüístico: algunos catetos dicen o escriben: “Se hinchó A meter goles”; pero ya les digo: ustedes lo oyen y como si nada, ustedes “de”. Extraña, pese a la debilidad del rival, que los “indios” traspasen la línea blanca en seis ocasiones, por la sencilla razón de que su eterno instructor es más amante de recibir poco que de mucho meter. A la vez se corroboró cómo el City, que se ha convertido repentinamente en una aljofifa (josifa en sermo-calle-Botica), se equivocó traspasando al estupendo Álvarez. Cada vez que algún conjunto va a lanzar un golpe franco desde fuera del área les digo a los que en ese momento estén alrededor: “No la mete, para eso hay que ser Messi”. Y, efectivamente, el valiente tuercebotas de turno despluma a una gaviota que por allí pasaba. Mas esta vez me quedé boquiabierto, mi adagio por los suelos, porque la Araña (¿de Miléi?) la tocó como un arcángel, si a esto de la pelota también retozaran potestades y tronos en el estadio místico de la angelería triunfante. Encima er nota le dice previamente a De Paul o De Pol: “La meto seguro”. Desde el gran Agüero nadie había empotrado una falta así. Imposible dejar de lado a mi atlético prefe: ese pequeñito con aspecto enfermizo, asimismo argentino y que es el mejón (fonética-callejones-Cardoso). Aludo al magno, morrocotudo pelotero llamado Correa, versión perfecta del jugador ratonero de área.

El otro gran triunfo español sucedió en Barcelona, que de local apalizó por 3-0 a los grandullones del Stade Brestois 29, un equipito que juega en un modesto estadio que acoge a 15.000 espectadores eternamente empapados en lluvia oceánica. Y pudieron ser varios más al imbatido Brest. Imbatido hasta que pisó España. Pero el FCB ahogó cualquier intento de juego de los galos y el coq gaulois se fue sin plumas y cacareando. El primer vistazo es para Lewa, que parece un chaval, y que no cesa de meter goles, ya lleva 101 en Champions, y toma café con Cristiano y Messi en la Maison Dorée. ¿Ha dicho usted algo? El gol lo da Dios, no el DNI. Y ya está. Puskas, barrigón, sin correr más que un galápago, con 40 años los metía a manojitos. Fermín, ese chico que parece peinadito para hacer la primera Comunión, sin embargo, malogró dos claros. Y Olmo hizo uno de los grandes goles de la jornada, porque efectuó lo más difícil que hay en fútbol: regatear en el área pequeña y golear. Al fin se gana algo sin el recentísimo Golden Boy.

Ahora, a la tele, a ver a los blancos frente a Luis Díaz, un futbolista de ensueño. Y sin el lenguaraz Vinicius. Y sin Kroos… Por cierto, ¿no les recuerda el fútbol de encaje de Almagro del canario del Barça al del clarividente Kroos? Creo que Pedri con treinta años jugará igual que lo hacía el último Golden Man. Pero el elegante Kroos ya es leyenda alba y lo que resta hoy es una ruina de equipo que de cinco partidos ha perdido tres. Sin el Lenguaraz, sin-con La Tortue, escribo sin-con, porque el astro francés está y no está, con un dubitativo y nervioso Asencio, lógico, era su debut, con un anciano Modric incrustado entre los defensas casi todo el match, y que, inverosímilmente estaba marcando en el córner fatídico nada menos que a Gakpo, un grandón de 194 centímetros el sueño de Flor empieza a convertirse en una desazón continua. Ayer pudo jugar sin su “rival” en la izquierda. “Sin Lenguaraz, ahí tienes”, le diría Ancelotti, “toda la banda izquierda para ti, no problems, a demostrar cosas”; pero el Deseado no tira palante, gripado, pésimo en el penal que podría haber cambiado probablemente el rumbo del partido, muy mal perfilado para patear la bola, blando tiro a media altura, un merengue de parte de un merengue para el portero. Un apunte: ante Atalanta, Dortmund, Barcelona, Milán y Liverpool sólo ha hecho un gol. Brahim, con su ojo derecho en Marruecos y Arda aún tierno para dirigir una nave blanca que mermada por lesiones varias, eso sí que es verdad, no pudo con uno de los equipos más rodados y peligrosos de la Champions actual. Les quedan tres partidos, Atalanta, Toro rojo y Stade Brestois. Si los gana… ¿llegaría al convite de los ocho magníficos?

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