El Alambique
J. García de Romeu
De Sal y Estero
Puente de Ureña
Dar una buena carda es frase figurada sobre dar una buena reprimenda. Qué es lo que merecen gobierno y oposición. Todos culpables de todos. Pero poco letrado soy yo como defensor de esa causa. Lucrecio escribió ¿Quid enim contendat cycnis? Aut quidnam tremulis facere artubus haedi? ¿Qué comparación tiene la golondrina con el sonoro cisne? ¿Y los trémulos cabritos?
Son estos políticos dignos de los filósofos griegos, Sócrates, Platón, Aristóteles, la mayoría de ellos rescatados por los escritores cristianos para la Iglesia, desde San Agustín a Santo Tomás de Aquino? Lo parece.
Hay libros en detrimento suyo. ¿La vieja pátina del odio o la envidia con los pasos muy largos? Más. Que conste que, personalmente, me gusta Sócrates, por esta aseveración sin elogio de vida eterna y sí del descanso. "En efecto, el temor a la muerte no es otra cosa que creerse sabio sin serlo: es presumir de saber algo que se desconoce. O bien la muerte nos deja reducidos a la nada, sin posibilidad de ningún tipo de sensación, o bien, de acuerdo con lo que algunos dicen, simplemente se trata de un cambio o mudanza del alma de este lugar hacia otro. Si la muerte es la extinción de todo deseo y como una noche de sueño profundo, pero sin ensoñaciones, ¡qué maravillosa ganancia sería!". A pesar del doctor Sanz Segarra y de su supraconciencia de la que afirma que es Dios en nosotros… Borges, efectuó un inquietante estudio sobre la vida inventada por Emmanuel Swedenborg quien aventuró que la visita de seres sin rostro al difunto y según sus apetencias lo dirigirían al cielo o al infierno.
Platón, dice Lactancio, soñó a Dios y no lo conoció; fingió haber hallado la virtud, y la destruyó; instituyó en su República que todas las cosas fuesen comunes, de todos para todos, hasta las mujeres casadas. Con su doctrina quitó la frugalidad, quitó la abstinencia, no habiendo cosa de que abstenerse; quitó la castidad, la vergüenza, la modestia, con la licencia de las cosas comunes. En fin, queriendo dar a todos una virtud, se la quitó a todos. Y Crisóstomo escribió: «Platón fue celosísimo contra todos; no consentía que ni por otros ni por él hubiese cosa de provecho: él hurtó la opinión de la transmigración de las almas; él inventó una república, en que estableció leyes llenas de mucha torpeza: las mujeres casadas sean comunes; las doncellas retocen ante sus amantes desnudas; los padres con sus hijas puedan tener cópula… Según Platón, se pasaría de la timocracia a la oligarquía, de aquí a la democracia, y ésta engendraría la tiranía. ¿Cómo ahora? ¿Dónde está la evolución? El hombre es malo por naturaleza, según Hobbes. Así tenemos guerras, atentados, islamismos, populismos, ateísmos. acratismos… y religiones ateístas.
¿Cuántos niños mueren en las interminables guerras? En el dolor de ellos y sus madres está la verdadera herida de nuestro tiempo. El dios del Sinaí, el de los ejércitos, la daga de Abraham sobre Isaac, las guerras ¿santas?... del Islam…
El hombre es un invento fallido ante la eternidad. Un planeta perdido donde el odio crea el amor para medrar. Dentro de cada tiempo donde ya no cabe el tiempo.
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