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Enla crónica de Diario de Cádiz (J. Jaques) se lee cómo el otrora Glorioso empezó rematadamente mal el partido contra el colindante Eldense. Yo, como no vi esos minutos por tirarme una hora (por el reloj) intentando encontrar adónde estacionar mi carro, creo a JJ y me alegro de haber visto lo mejor de lo que aconteció en el Pepico Amat -vaya nombre cachondo que lleva el campo de los de Elda-. Yo empecé a ver la estupenda victoria cuando Climent inició una arrancada que JJ califica como “primer acercamiento digno de mención”. “Uff, me salvé”, como explicaba el Beni de la calle Hércules cuando relataba lo que sentía el día después de su cumpleaños. ¿Cómo?, se preguntará el lector. Verán: la madre del cantaó le predijo a éste que moriría en una fecha coincidente con la de su nacimiento. Por esa razón el genio se metía en la cama con siete mantas encima y se protegía así de lo él que constaba que sería su fallecimiento. Vamos que la palmaba, como profetizó su santa. Sufrimiento del caracolero, ¿verdad?
El mejor fichaje del Cádiz esta temporada le rebañó de la misma cabeza el balón al central azulgrana y cayéndole al pie, le pegó como sabe. Y bien que sabe. Mira si sabe que la empotró en la garita. Golazo. Primera detonación al portón, gol. Eficacia se llama eso. Esa virtud es la que pedíamos el otro día a los nueves del Cai. Y por eso la cróniqilla se intitulaba “Sin nueve no hay paraíso” tras el estéril 0-0 contra los de Valencia. Pero, tampoco en la ciudad zapatera. Nones: Fernández no marcó. Y van… Pero los entrenadores lo adoran. ¿Por qué? Luego salió el morenito, y tampoco. Ay, nueves amarillos, con vosotros no hay paraíso, especialmente con el lacio Fdez.; sin embargo con Onti en el campo, sí creemos en el olimpo. Lo hay. Es posible. Ya van nueve en liga. Insustituible el de Marbella. Todo lo hace bien. Cuánto se le echó de menos contra el Levante. Juro ante Dios y ante el Constitucional que Onti jamás me ha invitado a una cerveza. Digo esto por si creen que hablo por amistad o agradecimiento. Nati. Rien de rien, que cantaba Édith Piaf. Me enamoré de su juego hace años, desde que comenzó a deslumbrar en el Málaga con muy pocos años. La senda recorrida para llegar a terminar en el Villarreal B, la desconozco. Agravios del voluble balompié quizá. Pero Onti no sólo inauguró la sangría, sino que más tarde, después de lo de Ocampos, otro buen elemento, sacó una falta con una clase, desde luego, no de Segunda. Alcaraz la alisó: el tercero. En unos minutos, resuelto el partido. Eso es lo que le faltaba al Exglorioso, meter goles. Gari, porfa, nunca dejes de alinear a Ocampos y a Ontiveros. Sólo con ellos será posible eludir la asquerosa garra del descenso.
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