Una oposición política contradictoria

Letras Capitulares

El papel de los partidos que no gobiernan es difícil de explicar, siempre en contra de cuestiones que sí ven positivas a pocos kilómetros o cuando ganan elecciones. Y viceversa

La crónica del debate sobre el Estado de la Ciudad de Cádiz: Enfangados en el fango

Bancada de la oposición en el Salón de Plenos del Ayuntamiento de Cádiz.
Bancada de la oposición en el Salón de Plenos del Ayuntamiento de Cádiz. / Miguel Gómez

05 de julio 2024 - 07:00

La credibilidad en la política es esa delgada línea por la que cruza el trapecista mientras mantiene en vilo al público -los ciudadanos, potenciales votantes-, a la espera de ver si logra alcanzar el otro lado de la cuerda o termina cayendo a lo más redondo del suelo. Todo ello bajo una carpa rojiblanca. Es decir, que la política a veces parece un circo, ni más ni menos. Dentro de la política, llama especialmente la atención estos días el papel de la oposición, que parece haber mutado en los últimos tiempos de esa fiscalización, ese control al gobierno, ese apunte de las cosas que no atiende la administración, hacia una especie del no por el no, la crítica por la crítica, la denuncia exagerada. Un papel que termina la mayoría de las veces en la más pura contradicción a un lado y al otro.

Esta misma semana hemos asistido a varias contradicciones que dejan incluso noqueado al ciudadano. Da igual el partido, el bando político, en esto de las contradicciones.

Empecemos por el alcalde, que para eso es el máximo representante de la Corporación. En medio del debate de la turistificación, que huele a chamusquina política desde lejos, Bruno García quiso enarbolar la bandera del freno y anunció en el debate del Estado de la Ciudad del martes que no iba a permitir un solo piso turístico más en el casco histórico gaditano. Toma ya.

De un plumazo, el alcalde tumbó toda la oposición que el PP llevaba años haciendo a esto de la turistificación. De repente, esa posición inquebrantable de los populares de que Cádiz no sufre de exceso de turismo y de que la limitación de los pisos turísticos no era positiva para la ciudad, se fue al garete. Bruno García, y con él el Partido Popular, abrazaban ahora la posición que desde al menos el año 2020 venía defendiendo y promoviendo el anterior gobierno de Martín Vila (principalmente) y José María González Kichi.

Si vamos a la bancada de enfrente en el Salón de Plenos, la situación tampoco mejora. El portavoz del PSOE, Óscar Torres, lleva semanas criticando la decisión del gobierno local de destinar casi la totalidad del remanente de tesorería del año 2023 a los bancos. 15,3 millones de euros, en concreto, que se han destinado a reducir la deuda, contra la opinión de Torres, que entiende que esa partida debía haberse destinado a inversiones, “con tantas necesidades que hay en la ciudad”, como volvió a defender en ese debate del Estado de la Ciudad del martes. Pero resulta que a apenas 14 kilómetros de distancia, en San Fernando, el Ayuntamiento gobernado por el PSOE ha adoptado precisamente la misma decisión que la capital, destinando a los 16,5 millones de euros del remanente del ejercicio anterior a pagar la deuda y no a invertir en la ciudad. Contradicciones socialistas a uno y otro lado de Cortadura.

Más contradicciones: Adelante Izquierda Gaditana se queja de la falta de baldeo de la ciudad, criticando el período que ellos mismos fijaron en el pliego que ellos trabajaron (con evidente fracaso desde el primer momento) y que ellos adjudicaron a la empresa que ahora presta el servicio. ¿Quieren otra? Adelante denuncia el trato del Ayuntamiento a las personas sin hogar y denuncia que se haya vallado los bajos de Capuchinos que reclamaban unos vecinos hartos de incidencias y sucesos, olvidando que hace muy pocos años, bajo el gobierno de Kichi, se levantaron vayas en el frente de las Puertas de Tierra precisamente para desalojar de allí a todas las personas sin hogar que habían convertido el monumento nacional en una especie de microbarrio. Es decir, que lo que antes era un procedimiento lógico ahora es un ataque a las personas sin hogar, y que el pliego de limpieza que antes quedó validado y defendido por el gobierno de Adelante es criticado, un año después, desde la oposición.

Imagine a ese votante del PP, el PSOE o Adelante defendiendo los argumentarios de sus respectivos partidos y las declaraciones de sus portavoces y representantes cuando, de repente, lo que antes no era necesario ahora lo es; lo que es una mala gestión en Cádiz es buena en San Fernando; o lo que antes se hacía a la perfección un año después es un desastre. Militantes absolutamente noqueados, cuando no desquiciados, intentando justificar lo que tiene difícil justificación.

Hasta tal punto llega la contradicción en la política actual, que el propio Bruno García tomó el martes de ejemplo a Pedro Sánchez para defender que al igual que el presidente del Gobierno, él también puede cambiar de opinión. Así que váyase usted a saber lo que hoy es blanco para la política municipal de qué color será mañana.

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