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Los espacios públicos se suelen dedicar a personajes ilustres; hombres y mujeres que han destacado en unas actividades o valores que justifiquen un reconocimiento por parte de la ciudadanía. Pero el alcalde de El Puerto, Germán Beardo, ha decidido, con alevosía y precipitación, dedicar un parque público a un poli corrupto y pluri condenado; o sea, a un delincuente confeso y convicto.
Y los delitos por los que ha sido condenado Hernán Díaz en varias ocasiones son de una extraordinaria gravedad: prevaricación, cohecho, contra la ordenación del territorio y blanqueo de capitales. Hernán es un ejemplo de alcalde corrupto de la burbuja inmobiliaria, personajes sin escrúpulos que llegaron a la política para hacerse ricos, y cuyo máximo exponente fue Jesús Gil.
Prolijo sería resumir los nefastos quince años de su alcaldía; un político populista y autoritario que instauró un sistema clientelar con el que consiguió ganar varias elecciones. Hernán llegó a tener un amplio electorado en base a contratar-enchufar, regalar un dinero que era nuestro, no sancionar y favorecer a los propietarios de viviendas ilegales…, en definitiva, favorecer a sus correligionarios de IP. Pero él y su familia también se llevaron su parte; varios familiares muy cercanos fueron condenados por blanqueo de capitales.
Hernán se creía impune, por eso a los pocos que denunciábamos sus desafueros e ilegalidades nos atacó con inusitada agresividad, actuando como el capo de una mafia formada por sus leales concejales -algunos fueron también condenados-, y los matones que mandaba para amenazarnos.
La justicia no es lenta, es lentísima, sobre todo cuando hay políticos implicados, y los procedimientos se prolongaron durante años. Si hubiera sido más ágil, Hernán no habría llegado ni a la mitad de su mandato. Pero la persistencia y el rigor tienen su recompensa, resistimos a sus bravuconadas, y la mayoría de las denuncias interpuestas en el juzgado por los ecologistas acabaron en condena.
Y parte de la responsabilidad de ese negro periodo es del PSOE, que encumbró a Hernán a la alcaldía y lo apoyó incluso cuando fue imputado y condenado. Nunca se ha disculpado.
Esto es lo que homenajea Beardo; un insulto a la ciudadanía de El Puerto que esperemos pronto sea revocada.
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