El Alambique
Rafael Morro
Periodismo de Urgencia
El Alambique
Desde hoy me sumo a estas páginas con la ilusión de compartir una mirada reflexiva y constructiva sobre la realidad de nuestra ciudad. Como periodista, siempre he valorado la prensa local porque refleja de cerca la vida y las historias que nos definen. Es un hábito que disfruto, pues aquí crecí y aprendí, aunque últimamente noto que muchas de las noticias se repiten en varios periódicos, casi como un calco. Más que restar valor a la labor de los medios, esta constatación me lleva a cuestionar el estado actual del periodismo en El Puerto. Y todo esto surgió a raíz de una experiencia que quiero compartir contigo.
Quiero dejar claro que este análisis no es político, sino periodístico, y que lo hago desde el mayor respeto hacia mis compañeros de profesión. Conozco de primera mano la precariedad del oficio y las dificultades que afrontamos. Por ello, vaya por delante mi agradecimiento a los medios locales por su esfuerzo diario y mis felicitaciones a los profesionales del gabinete de prensa del Ayuntamiento. Su labor es crucial, aunque trabajan bajo gran presión, con la constante redacción de notas y el riesgo de que cualquier error se multiplique en todos los medios. Sin ellos, apenas habría prensa local.
Hace poco, un accidente doméstico me llevó a Urgencias, donde, al pasar por el triaje, recordé cuál es la esencia del periodismo. Allí, un sanitario escuchó mi versión de los hechos, evaluó mi estado y decidió las prioridades antes de enviarme al médico. Esa experiencia me recordó una de las primeras lecciones de la facultad: “La noticia no es que el perro muerda al amo, sino que el amo muerda al perro”. El periodista, como en el triaje, tiene la obligación de interpretar la realidad con rigor, jerarquizar los hechos y aportar claridad.
Sin triaje, las Urgencias serían un caos. Del mismo modo, el periodismo necesita recuperar su esencia y volver a los orígenes: profesionales con criterio que prioricen, ordenen y contrasten la información, convirtiéndose en algo más que altavoces de notas de prensa.
Hoy vivimos una crisis profunda en los medios de comunicación. La precariedad laboral, la tecnología, la inteligencia artificial y las redes sociales han desmantelado redacciones, dejando a los periodistas en estado crítico y a la información sin filtros ni contexto.
Por eso, esta “gran ciudad" demanda con urgencia periodistas con nombres y apellidos, con criterio, que sepan escuchar a los ciudadanos, eliminar el derrotismo y ayudar a construir una ciudad más informada. Profesionales independientes y comprometidos, que no estén sujetos a intereses políticos ni económicos, y que puedan actuar con imparcialidad. Su papel es crucial para tender puentes, despolarizar, cuestionar decisiones y abrir espacios de reflexión. Sin periodistas, no hay periodismo; solo quedan notas de prensa.
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