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Yo, Manuel Martínez Ahumada, hermano del torero que fue José Martínez Ahumada "Limeño", que hizo en la Real Maestranza de Sevilla lo que hasta hoy no ha hecho ningún torero en el mundo, ya que en los años 1968, 69 y 70 cortar diez orejas a seis miuras en tres tardes y en el año 1968 cortar tres orejas el día 12 de octubre conmemoración de la fiesta Día de la Raza, a una corrida de Valderrama y en esos tres años salió cuatro veces, por la Puerta del Príncipe.
En el transcurso de esos tres años fue galardonado con tres orejas de Oro en cada tarde, así como un Rabo de Oro y la Real Maestranza de Plata en miniatura, eso no lo ha conseguido hasta ahora nadie en el toreo.
Escribo hoy, día 27 de agosto de 2017 con lágrimas en mis ojos, con mucho dolor porque vengo del cementerio como todos los domingos con mi mujer de visitar y rezar en la tumba de mi hijo Manolete, después la de mi madre, mi padre y mi hermana Milagros, y finalmente voy a la de mi hermano Limeño.
Luego nos vamos a ver a mis hermanas a sus casas, mi hermana Yoyi que estaba sola, era la 1.30 de la tarde, nos dijo, quedaos aquí para almorzar y empezamos a almorzar los tres, estábamos comiendo viendo la televisión, en ese momento vimos el entierro de un gran torero, Dámaso González, tuve la suerte de conocerlo con mi hermano Pepe y era una bellísima persona y he sentido mucho dolor por su fallecimiento y luego pusieron la imagen de la que fuera su plaza de toros de Albacete.
La plaza estaba llena y todos los toreros lo llevaban a hombros para despedirlo y fue muy emotivo, hasta tal punto que nos saltaron las lágrimas solo en pensar que a mi hermano Limeño no se lo quisieron hacer en su querida plaza de toros del Pino, en Sanlúcar de Barrameda.
El empresario de turno y el señor Alcalde se negaron a que se le diera la vuelta al ruedo en su plaza que todos los toreros querían darle, pero yo su hermano Manuel Martínez Ahumada, rezo todos los días por ambos señores para que Dios les conceda muchos años en esta tierra.
Que limeño era tan humano y tan cristiano que seguro cuando os llegue vuestro turno os recibirá con los brazos abiertos.
Un abrazo y que Dios os bendiga.
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