
El Alambique
Libertad Paloma
Ricos
El Alambique
Mi entrada en la juventud coincidió con un cambio en el paradigma aspiracional. Hasta entonces, los sueños infantiles venían acompañados de algo de talento, esfuerzo o excepcionalidad: había quien ansiaba ser la nueva promesa del fútbol, una estrella de la canción, o modelo de pasarela. Al final se trataba de destacar en algo y, como resultado, ganar reconocimiento, fama, y algunos millones.
De repente, sin embargo, la fama se convirtió en un fin en sí mismo. La gente quería ser famosa, sin más añadidos. Si Gran Hermano y sus sucedáneos fueron un fruto o la causa de este viraje, no tengo ni idea.
Pero este sueño, propiciado y potenciado después por las redes sociales, parece estar en declive. El objetivo ahora es ser rico. Los referentes -youtubers, influencers…- lo son más por el volumen de sus cuentas corrientes que por su número de seguidores. La cantidad de gurús de las finanzas, cuentas y perfiles dedicados a contar cómo amasar una fortuna en poco tiempo se ha disparado. Y lo más sorprendente es que muchos de estos perfiles tienen como público objetivo chicos y chicas que aún no han dejado la Secundaria.
Como a mí el algoritmo no me tiene pillado el punto y me ofrece contenidos de lo más variopintos, no son pocas las veces que me he topado con vídeos recomendándome que deje el colegio -que total, es una pérdida de tiempo- y dedique mis tiernos años escolares a invertir en criptomonedas y registrarme en cursos de finanzas online si quiero llegar a los 20 años con un patrimonio a la altura del tío Gilito, enterrada en dólares y habiendo retirado a mis padres.
Me río yo de la moda de los emprendedores; eso de crear empresas, ofrecer servicios o productos se ha quedado tan vintage. Lo inteligente ahora es saber mover el dinero, aunque no haya nada detrás. A mí esto me parece una estafa en toda regla, además de una fábrica de frustraciones. Con medio planeta creyéndose en el derecho de ser portada de Forbes, cada vez son más las víctimas de estos timos, vengan de un youtuber, de Trump o de Miliei.
También te puede interesar
El Alambique
Libertad Paloma
Ricos
Calle Real
Enrique Montiel
Las delicias del Pasaje
Calle Real
Las delicias del Pasaje
José Antonio López
El mundo
Lo último