Riqueza y prosperidad

El Alambique

08 de febrero 2025 - 07:00

Hay personas que tienen demasiado porque heredaron fortunas. Otras, porque trabajaron y la suerte les sonrió. No faltan las que supieron aprovechar oportunidades. Nadie, creo, tiene derecho a reprocharles nada. Cotizan. Están tranquilos de la bonanza familiar, pero ¿cuál debe de ser el destino universal de esta prosperidad?

Poseer fortuna y no disfrutarla con los demás es tacañería. Los cuentos populares siempre se han reído de los ricos tacaños.

La mejor manera de disfrutar de nuestra prosperidad es compartirla. No es más rico o feliz el que lo guarda todo, sino el que gestiona su dinero aliviando los problemas de tantos.

Hay millones de personas que carecen incluso de agua potable viviendo en pobreza extrema. Nunca aprenderán a leer y, como consecuencia, jamás conocerán sus derechos a una vida digna. ¿Está en nuestras manos?

Manos Unidas lo sabe y lidera esta idea: “Prosperidad para erradicar la pobreza, el hambre y la desigualdad”.

Este año a nuestra Diócesis ha llegado el testimonio directo de una misionera joven. Ha pasado trece años en Angola. Allí Manos Unidas ha construido dos grandes escuelas y dispensarios. Aún quedan demasiados niños sin escolarizar. Para que puedan desarrollar este servicio necesita financiación.

La hemos llevado a algunos colegios. Estuve con ella donde yo trabajé, en Las Carmelitas.

Proyecta a los alumnos mayores la realidad de ese país. Para todos es nueva la información. Algunos comprobamos cómo se repite la historia de los empobrecidos: Angola dispone de diamantes que explotan empresas europeas, petróleo, pesca abundante que vendemos en nuestros mercados mientras el pueblo angoleño come pescado congelado. Nos cuenta que el precio de un yogurt es de 20 euros al cambio, que la barra de pan les cuesta sobre treinta… Se nutren de mandioca. Como tantos países africanos.

Tras su exposición los jóvenes se escandalizan. Después piensan en cómo ayudarles. Nos enorgullece que deseen hacerlo. Preguntan: ¿Por qué no pueden todos los niños estudiar si el país es tan rico? Me atrevo a contestarles: porque a los que se enriquecen con esos tesoros no les interesa que aprendan… Porque, desgraciadamente, a los ignorantes se les maneja mejor.

“Compartir es nuestra mayor riqueza”. Manos Unidas invierte en justicia.

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