Enrique Montiel
Esa música
El Alambique
El Puerto de Santa María vuelve a contar con sus jornadas de Sal y Estero, algo que va mas allá de una propuesta gastronómica. En un solo evento juntamos dos de los productos más emblemáticos de la ciudad, nuestra sal y nuestra fauna marina, nuestras salinas y nuestros esteros, tan profundamente ligados como lo están a nuestros vientos y bodegas, que no faltan a la cita. Siendo como es ya una jornada decana en los referentes gastronómicos, la esencia que tenía cuando comenzaron sigue viva en ellas. Quizás su mayoría de edad para este tipo de eventos le da un prestigio, merecido, en el que desde todos los rincones de al menos España el fin de semana se convierte en un destino para el turismo gastronómico.
La oportunidad de pasar unos días en la ciudad costera es ineludible, disfrutando de su acogedora gastronomía, sobre todo cuando el tiempo acompaña en un entorno, que, aún cambiante, jamás deja de sorprender, y de una oferta que permite degustar, si no lo mejor, parte de lo mejor que tenemos.
Durante estos dos días, sin competidores, sin aspirarse a premio alguno, más que el placer de los comensales, hosteleros de reconocido prestigio se exponen en un improvisado multirestaurante en el que, doy fe, es imposible probarlo todo. Por estas jornadas han pasado casi todos aquellos que tienen, han tenido, y quieren tener un nombre en la oferta gastronómica portuense, demostrando que por encima de la, comprensible, rivalidad, el evento está por encima de todo. Algunos repiten, otros dan paso a los nuevos, y todos, absolutamente todos, dejan espacio suficiente para que Afanas ofrezca su buen hacer, y los estudiantes del instituto Juan Lara, tenga la oportunidad de exhibirse.
Quizás, tras diez años al frente del evento, lo que más puede ser motivo de orgullo es la camaradería entre un gremio que suele ser bastante competitivo, en el que todos ofrecen su propia visión de cómo sacar el mayor provecho al producto, sin que ninguno se pise las ideas, y, sobre todo, como todo en esta vida, aprendiendo de lo que otros hacen.
Tras las Jornadas de la Sal y Estero, oferta gastronómica, escaparate para una futura oferta, atractivo turístico, puesta en valor de una parte importante uno de nuestros caballos turísticos, como es la gastronomía, queda claro que prevalece el buen hacer de una hostelería que no tiene ni miedos ni reparos en cocinar codo con codo, con un único objetivo, llevar nuestra oferta gastronómica a los mas altos estándares, un evento en donde lo más importante es El Puerto y su cocina.
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