San Fernando, su ciudad y la mía

Torre Alta

21 de marzo 2025 - 06:00

Me comentaba, hace unos días, un amigo el viaje que había realizado en el tranvía hacia la ciudad fronteriza de Chiclana y decía que era un trayecto muy bonito e interesante. Pero también me comentaba la indignación que le produjo contemplar, desde la distancia, el estado de abandono que tiene el Real Carenero y sobre todo el deterioro que sufre el histórico Puente Zuazo ante la falta de interés y dejadez por parte de la administración isleña y autonómica.

Evidentemente la indignación de mi amigo está lo suficientemente justificada. Y de esta conversación, queja e incluso vergüenza, derivó en el poco aprecio que tiene esta ciudad, la suya y la mía, por conservar los edificios históricos y por consiguiente la historia.

Además, se da la circunstancia de que coincidía nuestra conversación con la fiesta del 19 de marzo, que debe ser y tiene que ser, una fecha para recordar en nuestra ciudad porque sin el Parlamentarismo del 1810 no existiría el 1812, por lo menos en las circunstancias que la historia nos recuerda.

La visita de los miembros del Tribunal Constitucional a San Fernando es una buena noticia, una gran noticia, porque nos recuerda la importancia que tuvo y debe tener San Fernando en el actual Parlamentarismo de España. En San Fernando se reunieron por primera vez las Cortes Generales donde se dictó el primer decreto y donde se aprobó la Ley de Libertad de Imprenta, que ahora tiene su máxima importancia por los problemas que está ocasionando al mundo democrático la mala utilización de los medios de comunicación. ¿Y que queda en San Fernando de todo esto? A parte de la celebración de los actos del 24 de septiembre, nada más. El Teatro de las Cortes se parece poco al que había en 1810 y no tenemos nada que nos recuerde, a parte del ayuntamiento, que refleje que la ciudad fue la cuna del Parlamentarismo y cuna de la Libertad de Imprenta.

La ciudad, oficial y no oficial, siempre ha tenido muchos nombres como La Isla de Camarón, La Isla de Carnaval, La Isla del deporte, y muchos más, pero nunca se le ha denominado ni dado importancia como la ciudad del Parlamentarismo y de la Libertad de Imprenta. Todo muy lamentable.

Sabemos que el Real Carenero pertenece a la ciudad de Puerto Real, le decía yo a mi amigo, sí pero nos costó a los contribuyente tres millones ochocientos mil euros, me contestaba él. También los ochocientos mil euros para el edificio del Centro de Interpretación del Parlamentarismo que no tuvo vida alguna. Evidentemente tiene toda la razón y también la tiene y estoy de acuerdo con él de que el futuro del Puente Zuazo es muy negro, muy negro, como todo lo que se refiere a la historia de esta ciudad que es la suya y la mía.

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