
El Alambique
Juan Clavero
Estado confesional
Hoy es Domingo de Ramos, en una sociedad asolada por los problemas, estamos acosados por los miedos, acosados por ellos con realidades o peor al ser ampliados. Los miedos son uno de los sentimientos más contrario a los cristianos, a los cofrades, pues ellos nos quieren dejar paralizados, nos paralizan. Frente a esto nosotros tenemos la Esperanza, nuestra Fe, vemos el presente y el futuro desde otra perspectiva, otra mirada el amor.
En nuestro entorno, cada vez ya no solamente la religión cristiana, sino incluso su cultura, es denostada, cuando no atacada. Por esto, llamo a este Domingo de Ramos de la Esperanza. Las Hermandades y Cofradías somos un músculo muy fuerte e importante en la Iglesia local. Esto nos hace que debemos coger responsabilidades más allá de la liturgia exteriores e interiores, siendo consciente de que estamos en una etapa Sinodal, por la que debemos escuchar a los hermanos, pero no solamente a los más ortodoxos, sino también aquellos que están alejados. Cuantos de estos necesitan ser escuchados desde la Esperanza, aplicando simplemente el amor, la misericordia y la fraternidad. Si todos los que somos cofrades, nos pusiéramos en marcha, qué gran evangelización podríamos hacer. En esto nuestras hermandades y cofradías deben extremar el cuidado y contacto con niños y niñas, con los jóvenes, para que vivan los 365 días de hermandad, no solo el día de la salida. Ellos son el cimiento del futuro de nuestra Iglesia local, no podemos olvidar que son una semilla que ha de crecer.
Esta Semana Santa invito a cristianos, a alejados y no cristianos a recorrer nuestras Iglesias y calles, viendo la escenificación de un Jesús de Nazaret histórico, cada paso es un pasaje evangélico que nos tiene que conmover, pues ese Jesús luego lo veremos en las calles, en los hospitales, en los centros penitenciarios, en cada hombre y mujer sufriente, pues ellos también son nuestros hermanos. Hoy cada día, los problemas van creciendo, nuevos, como la soledad en una sociedad egoísta e individualista, ¿somos consciente de que son nuestros hermanos?.
Esta Semana Santa de la Esperanza que gracias a nuestros cortejos, indirectamente cuanta economía movemos en la ciudad y no va a grandes empresas ni para multinacionales, eso es además Doctrina Social de la Iglesia, pues nuestras aportaciones de salida, nuestros donativos, van a servir para ayudar a mantener puesto de trabajos, aunque sean unos días, pero tenemos que tener claro que lo que hagamos es por El y por su Madre, y por tus hermanos, no por ser simplemente más bonito o por vanaglorias personales.
Los cofrades somos laicos que venimos existiendo desde hace siglos, ahora que el Papa Francisco llama corresponsabilizarnos, ya estamos aquí. Demostremos nuestra implicación real y práctica con la Iglesia, con la solidaridad, con la evangelización y con la liturgia cuidada y atractiva. Para esto es necesaria formación personal y oración, la sociedad nos lo reclama, no es fácil. En este mundo falto de ilusión, que bonito y diferente es dar Esperanza, por eso el Papa Francisco, ha convocado a este año Jubilar. Aprovechémoslo, demos un salto en nuestra vida personal y comunitaria, en nuestro ser cofrade, en nuestro ser cristiano.
Tenemos unos días, que podemos utilizar para grandes reflexiones de nuestra vida o quedarnos simplemente en lo tradicional y en lo folclórico, que no es algo negativo ni que impide la reflexión. Pero no acabemos con el Jesús histórico, para sacar el cien por cien a esta Semana Santa acabemos con la Resurrección. Ya no es cuestión ni de historía, ni comunitaria, es de algo personal la experiencia de Jesús Hijo de Dios, eso es la Fe. La Pascua de Resurrección es la celebración principal de la Iglesia y del cristiano, para el cofrade esta celebración debe centrarnos, pues sin ella ¿qué nos sirve celebrar la Vida, Pasión y Muerte de Jesús de Nazaret?.
Celebremos la Pascua de Resurrección, especialmente este año de la Esperanza, pues nuestros hermanos y hermanas nos necesitan. Hagamos real la hermandad, la fraternidad, en esta sociedad, con una opción preferencial por los pobres, no solamente de dinero, sino también a los enfermos de nuestra hermandades para que para ello brille esa luz.
Feliz Semana Santa de la Esperanza, que nuestra madre María, en cualquiera de sus advocaciones, nos ayude a acercarnos un año más a su Hijo y nos ayude a mantener esa Esperanza tan necesaria en el Mundo.
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