Son unos vendidos

31 de enero 2025 - 03:04

Hubo un tiempo en el que esta caterva de frustrados carnavaleros se lo comían y se lo guisaban entre ellos. Quiero decir, que comparsistas, artesanos, costureras... eran de la misma estirpe. Entre ellos se entendían. Pero en los últimos tiempos observo con asombro cómo artistas reconocidos, quizás por incrementar sus egos o porque están verdaderamente tiesos, participan en las escenografías de las agrupaciones. Me cuenta mi sobrino Anselmo que en una comparsa llamada ‘Las ratas’ (ellos mismos se dan cuenta de lo que son) el forillo es obra de un eximio pintor, que dibuja las azoteas de Cádiz con esmero. Resulta que se ha unido a esta mancha de mamarrachos. Será por tener un momento de gloria en la televisión local. Tampoco entiendo cómo esa pareja de modistos tan célebre en los últimos tiempos, con taller en el centro, cerca de mi casa, se ha puesto a coser para un montón de agrupaciones. Se ve que las bodas no les dan para pagar recibos y tienen que recurrir a vestir a chirigoteros, comparsistas y coristas. Allá ellos si quieren dilapidar sus prestigios uniendo sus nombres a los de los ¿copleros? (¿Quintero, León y Quiroga qué eran entonces?, ¿encofradores?). Antes, cosían para estos grupúsculos mujeres anónimas en sus casas. Lo más lujoso era encargar los disfraces a Pepi Mayo. Ahora no. Los mentecatos que se creen que Armani es un cantante de sevillanas y Óscar de la Renta, uno que trabaja en Hacienda, se quieren vestir de gala para luego cantar, vaya paradoja, composiciones de lo más vulgar, que no viene de Bvlgari, precisamente.

stats