El Alambique
Libertad Paloma
Como en casa
Elspleen, es decir, ese tedio, ese hondo sinsabor existencial, ese bostezo, ese naufragio en la nada, esa zozobra y la pérdida de sentido revolotea sobre el Cádiz, su pobrecito juego, nosotros mismos ante la tele o en Carranza. Charles Baudelaire llamaba spleen, en su poemario Spleen de París a todo eso. Un siglo después aparecerían los maravillosos artículos de Paco Umbral bajo el mismo nombre. Y ¿qué pinta el spleen en esta página de muchos pálpitos amarillos? Pues muchísimo. Porque todo lo que representa es aplicable a esta calcomanía que llamamos desesperadamente Exglorioso de don Gamba. El llamado Glorioso otrora. Solamente se puede adjetivar como gloriosos a los equipos que residen en eso que llama la radio “División de Honor”. Pues sí, el llamado Exglorioso se ha convertido en un productor excelente de spleen. O sea, provoca estupendamente, tedio, zozobra, y, sobre todo, aburrimiento. Para algunos, los ansiosos recalcitrantes, desesperación. Y otros pensamientos que no se pueden aclarar por pertenecer a la esfera de los desalentados violentos. Se oye cada cosa en el viejo-nuevo Miranda que… Hasta hay Macartis descorazonados que quieren quemar el asiento, uff, madre mía… Quemar en sentido figurado, claro, porque ven que este Cai no juega a casi nada, y, o la plantilla es muy mala o el exganador tito Gari ha perdido los folios en la vorágine de las últimas danas. Ay. Asistimos a un equipito que medio defiende, pero que apenas traspasa la línea que separa en dos al verde, excepto Onti, nadie lleva peligro ninguno a la portería del otro. A lo más que aspiramos, siguiendo, así, tito Gari, es a obtener un cero a cero, que estuvimos a punto de sacar de Galicia guapa. Tal como el tedioso empate anterior ante las orbeas de Éibar. Spleen descorazonador. ¿Quién mete un gol en este Cádiz, don Gamba? Personne, exclamaría Baudelaire vagando por París. Nadie, en español de aquí. Prueba otra delanterita, tito Gari, a ver si… El tristón Sobrino lo intenta, pero todo queda en nothing. Querer, pero ¿y poder? El lacio Cris, quien a pesar de sus 9 goles, es un acorazado lento y solitario en un océano preocupadisimo por defender. Resurrección der Gafa, talmente. Lo parece, desde luego. Sí, tito Gari, tiene claro que nuestro 7 es para Sobrino, una vez perdido (sin aclaraciones por parte del palco) el pundonoroso Alejo; pero ¿y el 11, el extremo izquierdo? Un día aparece uno y otro día otro. Rosa, Braian, Onti, el veloz Matos, quizá el que más achuche… Kova y Chust están bien, incluso muy bien, en ocasiones, y los laterales cumplen, aunque el efímero golear de Climent y la rabia del plausible Mato se echan de menos. En cuanto al centro del campo Musa hace algo, y tras el bajonazo del autogol de Alcaraz, se ha optado por el santo, que defiende y crea menos que yo. El portero, que no me lo toquen.
Y lánguidamente vamos descendiendo en la clasificación, más cerca otra vez de la Tercera que de la Primera. Porque sin goles no hay paraíso ni edén. Qué pena. Y porque lo queremos al Glorioso, aunque sea venido a menos. Así es. Y del cariño nace la crítica. Menos spleen, por favor.
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