El Alambique
Pepe Mendoza
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Ya las ciudades recuperan su normalidad. Las fiestas de la navidad encienden los pueblos no solo de luces competitivas, también en ruido, aumentando el trasvase de ciudadanos, aumentando los precios de los servicios, y por consiguiente aumentando la incomodidad de sus gentes. Hoy la celebración de estas fiestas, aunque a algunos no les guste este nombre, han cambiado el paisaje urbano de los pueblos convirtiéndolo en incómodo, ruidoso, populista, imposible pasear por sus calles. El lema de estas fiestas navideñas es "lo importante es gastar". El espíritu navideño ha pasado a mejor vida, y la culpa es de todos, de la Iglesia también.
Pero las ciudades necesitan algo más que populismo y bueno es reactivar la política local antes de que lleguen las otras fiestas del calendario anual, el Carnaval.
San Fernando debe reactivar, en este inicio de año, su política de inversiones urbanísticas que tienen paralizada la ciudad desde hace algunos años, son proyectos prometidos que no acaban de cristalizar. Podríamos decir que hay cosas buenas del año que termina y cosas malas que esperan su puesta a punto en este año que comienza.
Las obras de la Magdalena tienen que comenzar este año. Este proyecto de generación del ala este de la ciudad, es fundamental para la economía y para la regeneración de toda esa zona de la ciudad, que después de la realización de la Ronda del Estero, está sin acabar. Es una obra de las más importantes que se puede realizar en la ciudad y en el que el Gobierno Local tiene comprometida su credibilidad.
Otro proyecto comprometido por el gobierno local es la rehabilitación y uso de la Casa Lazaga, que parece ser que este año verá la luz. El antiguo Cine Alameda es otra obra de importancia que debe tener este año su oportunidad.
Pero todo no son obras, hay otras políticas que la administración debe de tener a punto para el bienestar de los ciudadanos. Hemos visto en estas fiestas lo que sucede cuando la gente se echa a la calle. Caminar, no ya pasear que esto es imposible, por el centro de la ciudad es recorrer una carrera de obstáculos. Los ciudadanos hemos perdido la calle en favor del comercio y de la hostelería. Imposible caminar y no digamos cuando transita a la vez el tranvía. Es una zona peligrosa, no se debe permitir que las aceras están ocupadas en su mayor parte y la administración debe estar vigilante. Los políticos deberían ocupar algún día de la semana a pasear por las calles de la ciudad y así podrían comprobar los problemas de su ciudad. Pasen por la calle Colon, vean el denso tráfico que tiene, vean la estrechez de sus aceras y podrán comprobar la incomodidad de una ciudad que ha perdido su calidad de vida. Como digo, no todo se basa en fiestas hay otras políticas que se basa en la comodidad y bienestar de su gente. La limpieza es otra de las asignatura pendientes para este año. Y para incomodidad y algo más, la calle de Las Cortes donde sus vecinos, me cuentan, han perdido la esperanza de que sus dirigentes quieran arreglar su situación.
La situación de los archivos y hemeroteca de la ciudad es un problema de urgente cambio, no puede haber más negligencia por parte de su responsable ante la mala custodia de la historia de la ciudad. Hay tarea suficiente, hay objetivos importantes, el caso es cumplirlos.
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