
Gumersindo Ruiz
Siete cosas a saber sobre los aranceles
La Corredera
Decíamos, decía yo, en mi anterior artículo ‘Adiós’ que a pesar de todo seguiría escribiendo cada semana, hasta que pueda y por supuesto mientras haya tinta en el tintero. Lo que pasa que este tintero es color oscuro y no se sabe bien cuando está lleno o medio lleno o en las escurriduras. Hoy está lleno.
Lleno de ilusiones porque está lloviendo y los pantanos llenándose, a diferencia de otros años que lloran los agricultores porque la tierra está seca. Ilusión, porque, al parecer, no habrá guerra entre Rusia y la USA de los chalados de Donald Trump y de Putin. Que me olía a chamusquina tanto alardear uno y otro a cuenta de Crimea. Recordemos que cuando estuve en el planeta Alfa Centauro, me llamó la atención que no había guerras entre sus habitantes y la explicación que me dieron era de Perogrullo “que hablando se entiende la gente” Aquí desgraciadamente no ocurre así, cada uno tiene los oídos sordos a lo que el prójimo dice. Si dice A es B y dice B es A. ¡Vaya lio! Me comentan algunos que la televisión está imposible … siempre hay puñaladas, peleas, diatribas. Y si esto es a nivel mundial, no digamos en el suelo patrio. Tanto es así que lo mejor es poner documentales, la vida de los leones o de los monos o bien futbol y más futbol.
De todas maneras hay que vivir de ilusión, si no lo tienes, la buscas. Mira una cosa maravillosa es ponerte cara al Sol cuando va a caer ya por la tarde y a Poniente, sus rayos van cayendo poco a poco hasta hundirse en el mar, entonces deja una línea semioscura que se ahoga en las profundidades. Y entonces mira a levante que comienza a salir la Luna. Enorme y lúcida intentando suplir la luz de los cielos y entonces sueña.
Y sin recurrir a los cielos … hay gente agradable, un amigo que se cruza en tu camino y te saluda e incluso te cuenta sus cosas alegrías y esperanzas. Una mujer o un hombre, según el caso, que te vuelve loco nada más mirarlo. La alegría de los chiquillos jugando nocentes por doquier. Y no digamos tus hijos y tus hijas, entrañables hasta en el silencio de su compañía.
Por supuesto que hay quien nada más levantarse mientras se afeita está cantando La Lola se va a los Puertos y hay también quien no se ríe ni contándole chistes. Hay de todo, pero creo que hay que buscarse la alegría y rebuscarla … leyendo, hablando, corriendo, cantando …
P/D: Yo te voy a contar uno, quizás muy sabido, pero chiste es. ¿Por qué los hombres tienen nuez en el cuello y las mujeres no? … pues muy sencillo “porque las mujeres tienen castaña”. No te enfades conmigo amiga mía, es un solo un chiste, aunque tenga poca gracia. Que el que más o el que menos tiene castaña una “jartá”.
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