Antonio Morillo Crespo

O tós moros o tós cristianos...

La Corredera

03 de enero 2025 - 03:04

Lo usaban los chiquillos y lo usaban los mayores. Cuando unos tenían recreo y otros no. Cuando había vacaciones para quinto curso y para los de segundo no. Cuando se permitía entrar en el cine a unos y a otros no. Cuando la abuela daba un dinerito a unos nietos y a otros no. Cuando había racionamiento para unos y para otros nada. Cuando unos podían viajar sentados y otros de pie en el estribo. Cuando por la mañana café sin tostadas y más tarde nanai de la China…

Era proverbial, usuario y común recurrir a la frasecita de marras. Y en ella la filosofía de que todos somos iguales y que todos merecemos igual trato y el mismo merecimiento. Y es que eso de la prodigalidad para con unos y negligencia para otros no pega ni con cola. Pero a pesar de que ya somos muy mayores y muy bien hablados, la frase en cuestión cae en el olvido. Dispense Vd. otro día será. Más tarde o mañana. Es que Vd. no cumple todos los requisitos. Eso se lo dice Vd. a mi jefe, yo cumplo órdenes. Siempre en la vida corriente hay quien sufre este discernimiento. Y lo más grave, cuando es un pueblo o una región en comparación con otras. Y ello a pesar de reglas comunes o recomendaciones de organismos oficiales.

Ayer comí, reunión de familia navideña, con un canario y la conversación recayó en este tema. Allí en las Canarias sufren lo que no es imaginable. Me decía lo que pasan viendo tanto personaje pidiendo por la calle, el hacinamiento de cientos y cientos de inmigrantes en reductos dispuestos para ellos y con un guiso para todos. Me daba números, pero el mismo Diario nuestro ofrecía recientemente cifras aterradoras: a fecha de diciembre contabilizaba oficialmente el Ministerio la cifra de 43.737 inmigrantes en 643 barcazas. Que en la semana pasada habían llegado a las Islas Canarias nada menos que 1.540 personas. Y a ello hay que añadir los náufragos, los que mueren nadando en la inmensidad de nuestro océano Atlántico. No hacen falta más cifras, son aterradoras. Ellos sí que pueden decir con toda razón “o tós moros o tós cristianos”.

Para nosotros, “feliz año nuevo”, “que te pongan los Reyes…”; abrazos, besos, turrón, mazapán y el pavo con patatas fritas. Gracias a Dios no nos falta nada (aunque haya alguna excepción subsanable). Yo me pienso que al criticar o estimular a nuestros dirigentes políticos, no nos quedemos con asuntos de dentro de casa. Que promulguen, inciten, planteen, pidan y ejerzan, que entre las naciones pudientes haya partidas económicas políticas y sociales a fin de ayudar a Sudán, a Mauritania, al Zahara, a Gana, a Camerún, a Rodesia, a Gambia, a Etiopia… La mayoría en condiciones infrahumanas y cuando no, en manos de caciques algunos más que bestias, que sobrepasan y en muchísimo a los personajes que tú y yo conocemos en nuestro solar hispano o europeo.

P.D. Muévete, hombre, mujer, joven y hasta niño, que andamos en la abundancia o en la buena vida. Echa coraje por el amor de Dios. Y hagamos esto en este nuevo año. No te quedes hecho un papanatas. Da sentido a tu vida. Y piensa, es mi frase preferida “lo que tú no hagas, no lo hará nadie”.

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