Enrique Montiel
Esa música
Que los mandamases de RTVE hayan decidido pagarle 28 millones de eurazos al exitoso presentador David Broncano coincidiendo con los trimestrales de Hacienda es una broma de pésimo gusto, la verdad. Yo no tengo nada en contra de Broncano y si ha conseguido para sí un contrato de élite, seguramente sea porque lo merece, porque genera, porque es seguido. Curiosamente, su programa, "La Resistencia", se dio a conocer porque su audaz protagonista le preguntaba a sus invitados/entrevistados cuánto dinero tenían guardado en el banco.
Nuestros padres nos decían que hablar de dinero estaba feo, y más aún preguntar por el peculio que pudiera tener cada uno, pero Broncano es de otra generación -¿la woke?- y su programa y dinámica están orientados a captar la atención de la gente joven, esa que siempre aparece ensimismada con él TikTok, los directos del Insta y las conversaciones de WhatsApp. Y, reconozcámoslo, esa desvergüenza desenfadada triunfa.
Todo esto del fichaje de DB por RTVE me parecería genial si de Movistar se hubiera ido a Atresmedia, es decir, si lo hubiera fichado una empresa privada. Pero cuando semejante importe se abona con cargo a las siempre maltrechas arcas estatales, justo después de haber perdonado no sé cuánta pasta a las comunidades autónomas independentistas, la verdad es que clama al cielo, mina la moral y toca los huevos, todo a la vez.
La cuestión, al parecer, es que la cadena pública desea oponer una figura mediática al todopoderoso Hormiguero de Pablo Motos, que lleva casi dos décadas manejando el cotarro y que, pese a las críticas constantes de la progresía televidente, sigue en la cresta de la ola y trayendo cantantes de reguetón y actores de Hollywood, día sí, día también.
Porque en unos días vienen los trimestrales, que con mucho esfuerzo pagarán muchísimos españoles, y todo esto provoca muchas dudas. He visto por ahí que alguien ha montado una encuesta en algún lado: ¿Qué podrías pagar con los 28 millones de Broncano? Esa inversión podría aplicarse a contratar médicos, o jueces, o maestros, o para hacer obras de carreteras, o pagar el agua o la luz de gente necesitada. Es mucha pasta, pero ¿cuánta más genera el contrato de Broncano?
Otra comparación malvada es la que lo emparejó con el coste de la Casa Real, precisamente el día de conmemoración de la República, siendo mucho más costoso el contrato del entrevistador, por cierto.
Está claro que el presentador no tiene la culpa, ha visto una oportunidad y la ha aprovechado. Hace su trabajo bien y se ve recompensado. Nada que objetar. Pero es cierto también que el español promedio siempre se queja de que malgasten el dinero de sus impuestos, de que se use en fiestas y protocolo. Esperemos que el programa contratado valga la pena y que a la larga, nos salga barato (prestando mucha atención al "nos"). Por lo pronto, no quiero ni pensar lo que va a tener que pagar Broncano en el próximo trimestral…
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