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Tribuna Económica
La decadencia de Europa cada vez es más evidente. La llegada de Trump a la Casa Blanca y su amenaza de guerra arancelaria ha acentuado el pesimismo de los líderes europeos .En el Foro de Davos el pesimismo flotaba en el ambiente. Christine Lagard, presidenta del BCE, utilizó el término de “riesgo existencial”. En cuanto al panorama económico mundial para 2025 el 56% de los expertos hablaban de desaceleración de la economía mundial. Tan solo el 17% de los expertos era optimista. El Fondo Monetario Internacional (FMI) augura un crecimiento mundial del 3,3%, por debajo de la media histórica del 3,8%. Para Europa la previsión es de un crecimiento del PBI inferior al 1%.
La decadencia de Europa se ha acentuado tras la constatación de que Alemania, antigua locomotora de Europa, ahora es el enfermo de la Unión, tras dos años de crecimiento negativo: -0,3% en 2023 y -0,2% en 2024. Francia también esta en estancamiento. En definitiva, que las dos principales potencias europeas están dan signos de debilidad económica y política. Y no tienen relevo posible. Alemania es un quinto del PIB de la Eurozona.
Alemania que hasta hace muy poco estaba entre los tres primeros exportadores mundiales junto a EEUU y China, ahora es incapaz de salir de la recesión. Y lo peor es que es una crisis estructural generada desde el 2018. Su modelo productivo se ha quedado obsoleto. Un modelo productivo poco diversificado y centrado en la ingeniería mecánica, en la industria automotriz y en la industria química. El gran problema de Alemania es que no ha sabido adaptarse a la revolución de las tecnologías digitales y tampoco a la revolución de la IA.
Ningún gigante tecnológico esta erradicado en Europa. Se reparten entre EEUU y China. Alemania se ha quedado al margen de la revolución digital. También se ha quedado al margen del despegue del coche eléctrico. China que hasta ahora era su gran comprador se ha convertido en su gran competidor. Otro gran error es haber optado por el cierre de las centrales nucleares en la época de Angela Merkel. La dependencia del gas ruso, tras la guerra de Ucrania se ha convertido en uno de sus más grandes debilidades. La factura energética ahoga a las empresas alemanas y las hace menos competitivas. La decadencia de Alemania se ha gestado durante varios años como consecuencia de decisiones inadecuadas. Ahora se encuentra con un modelo productivo poco diversificado ,que no se adapta a las nuevas tendencias tecnológicas .
Sus sistemas de comunicación también están obsoletos. La penetración de Internet tan solo alcanza el 30%, cuando la media de la OCDE se acerca al 65%. Increíblemente el fax sigue siendo un instrumento de comunicación en las empresas y la administración.
La llegada de Trump es una amenaza y un estímulo para que Europa reaccione y realice una transformación de su sistema productivo hacia una mayor productividad y competitividad. El Informe Draghi señala el camino. En los próximos años se debe de invertir 800 mil millones de euros anuales en empresas innovadoras y tecnológicamente avanzadas, así lo recoge el plan estratégico de la CE 2024- 2029. La reacción de los líderes europeos debe ser audaz, potente y rápida.
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