El Alambique
Jesús Andrades
Ojú que lío
El Alambique
Cuando alguien recibe un regalo, hay que aceptarlo con buena cara; si no le gusta, se disimula y se arrumba, pero nunca se desprecia. Los Reyes Magos le dejaron las pasadas Navidades un peculiar regalo al alcalde de El Puerto, un váter y escombros que recogieron en su penosa travesía por los caminos que recorrieron para llegar a El Puerto. Todo el mundo sabe que, si una persona no se porta bien, los Reyes le traen carbón. Los tiempos cambian, y como el carbón está en desuso por contribuir al cambio climático, le han traído escombros y un sanitario, productos muy abundantes en nuestro entorno rural. Los Reyes dejaron también una carta dirigida al alcalde advirtiendo que, si no se limpiaban y adecuaban los caminos públicos, se plantearían dejar de venir a El Puerto y encargarían a una empresa de mensajería el reparto de regalos. Sus Majestades encomendaron a Ecologistas en Acción que hicieran llegar el regalo y la carta al señor alcalde. Y así lo hicieron, o eso intentaron.
En el registro no admitieron la carta de los Reyes porque no estaba claro si eran persona física o jurídica, y dos policías locales impidieron que entráramos con el regalo en el Ayuntamiento, por lo que remitimos la carta por registro electrónico y depositamos el regalo en la puerta del edificio.
A Beardo no le sentó bien el regalo, y junto con el concejal que dice ser del medio ambiente y su jefe, el sempiterno e indocumentado jefe de servicio, decidieron sancionar a dos ecologistas para escarnio público, acusándolos de arrojar escombros y ensuciar la vía pública, lo que, evidentemente, es falso. Incluso tuvimos que aclararle al instructor que la RAE define “arrojar” como “impeler con violencia algo, de modo que recorra una distancia”. El váter limpio y los escombros debidamente envasados se depositaron a las puertas del Ayuntamiento, no se los arrojamos a nadie.
No es la primera vez que los irresponsables municipales intentan sancionar a ecologistas por recoger basura de caminos y pinares y depositarlos en el Ayuntamiento; siempre fracasaron.
Si el alcalde sigue con esta actitud hostil, puede que los Reyes Magos renuncien a venir a El Puerto; entonces, ¿qué hará Calleja con su parafernalia de cargos inventados que se suponen tienen que acompañar a la comitiva real?
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