Tribuna Económica
Joaquín Aurioles
Inventarios de diciembre (4). Desigualdad
Con el verano inaugurado a ritmo de hogueras, se da el pistoletazo de salida a la nueva temporada. Llegaran los conciertos interminables, no del gusto de todos, pero que llenarán la ciudad de un heterogéneo publico escasamente deseable. Miles de jóvenes, cargados de bolsas de hielo y bebidas alcohólicas tomarán la ciudad, y pensándolo bien, disfrutarán a su manera, ni más ni menos a como ya lo hiciéramos muchos de nosotros en su día.
Junto a ellos, miles de turistas, de todo tipo y condición, desde quienes se puedan pagar quincenas en alguna de las urbanizaciones, a consumidores de apartamentos turísticos de fin de semana. Y es que, en una país como el actual, es complicado impedir la libre deambulación por la geografía nacional, no se puede impedir que alguien venga a molestar, o a divertirse, así que poco o nada podemos hacer frente a ello, más que aprovechar la oportunidad que brinda una ciudad turística.
Tiempo ha que la ciudad dejó de tener fuentes de ingresos en otras actividades, y la actual y más práctica salida es la del sector servicios, que cada día acapara más cuota de mercado. A pesar de ello, no solo somos gastronomía, ocio y playas, y la ciudad aún tiene por explotar su historia, su cultura, y esas opciones también atraerían otro tipo de turismo, y que no debe quedarse solamente para los días de verano, que, por naturaleza, son los que algunas personas aprovechan para viajar.
Sin renunciar a las ofertas que ya tenemos, la actividad y la oferta cultura debe ser el centro de trabajo. No me gusta valorar si la actual es amplia y variada, pero al igual que para algunos lo que tenemos es excesivo, en cuanto a sol y ocio, entiendo que se nos queda corta la otra. A veces pensamos que lo único que busca el veraneante es el sol de nuestras playas, nuestras frescas terrazas y nuestros vinos, pero también hay gente que echa en falta mayores representaciones, más conferencias, más encuentros, más corridas de toros, más exposiciones.
Queda claro que empieza el verano, con tantos gustos como gentes, y siempre, siempre, será un error, un enfoque con solo un punto de vista. Tenemos la ciudad que tenemos, guste más o menos, y nada sobra, pero siempre faltará algo, siempre se podrá mejorar, solo espero que todos seamos críticos, pero constructivos.
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