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La época vacacional termina cuando comienza el año escolar, cuando las calles se cierran antes y los días se acortan. La vuelta al trabajo ordena lo habitual y la vida vuelve a lo normal. Es cerrar el círculo y abrirlo de nuevo. No comparto ese cuento del "síndrome vacacional", me parece una ofensa hacia los que no han podido tener su descanso y sobre todo a los parados, estos sí que sufren el síndrome posvacacional y prevacacional. Lo otro es cuento.
Este verano el turismo ha vivido rodeado de polémicas por la existencia de masificación en las ciudades que, todavía, pueden presumir de ser una oferta atractiva para los visitantes. Hay otras ciudades que ya quisieran para sí lo que pueda sobrar en otros lugares. Y San Fernando es una de ellas y algo pasa que no terminamos de dar con la clave para atraer visitantes. El termómetro lo marcan las empresas hoteleras y estas, todavía, no ven atractiva la oferta que presenta esta ciudad. Las fiestas que se hacen solo consiguen llenar el centro pero nada sabemos que suponen para la economía local.
Además este año se nos ha unido los problemas que ha tenido la playa lo que ha provocado la huida de muchos bañistas hacia otros lugares de la provincia.
No ha sido un verano fácil para el gobierno local. El "fango" ha sido, sin quererlo, el tema estrella del verano isleño. Sorpresa para todos, ciudadanos que han comprobado como a medida que el verano avanzaba la extensión de la mancha era cada vez mayor y sorpresa para el gobierno municipal ante la falta de sensibilidad de la administración autonómica hacia la ciudad. El daño, ¿consciente? hacia la imagen de la playa y por consiguiente de la ciudad ha sido enorme. También ha influido la tardía reacción del gobierno de la ciudad ante las críticas que recibían de los ciudadanos: cuando han reaccionado ya se había creado la opinión publica de culpabilidad de dicho gobierno local.
¿De verdad retirar o tapar el fango iba en contra de salvaguardar el litoral? Y retirar las piedras como se venía haciendo tantos años ¿también deteriora el medio ambiente?
Nunca se ha visto a la máquina encargada de retirar las piedras en las dunas, por lo tanto estas no se pueden ver afectadas. Pero sobre todo es que después de tantos años sea ahora cuando este trabajo, que se realiza en todos los lugares, resulta ser una herramienta de destruir el litoral es lo que genera dudas.
La tozudez de la Delegación Provincial para no llegar a una solución ha provocado un gran perjuicio al verano de La Isla y la imagen ha quedado muy deteriorada. Y viendo la política tan cainita que domina a España, no es raro pensar que esto haya podido ser una especie de oposición al gobierno local.
La playa sigue siendo santo y seña del verano isleño, la llamada para un deseado turismo y no se puede permitir otro año como este. Tenemos uno de los mejores servicios públicos, calidad del agua, aparcamientos, limpieza y no se puede permitir que una decisión política altere años de trabajo bien hecho. Yo no soy experto en medio ambiente, ¿pero de vedad que poner papeleras en la playa puede afectar al ecosistema?
Todo muy extraño lo sucedido con el fango y no precisamente el fango político, o quizás sí.
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