Manuel Amaya Zulueta

Otra vez San Flick

Más allá de lo amarillo

17 de enero 2025 - 03:04

Lafinal de la musulmana Recopa de España fue todo un espectáculo, pues se vieron a los dos mejores de España, lo mejorcito de Europa. Partido palpitante, donde, todo hay que decirlo, tras el tempranero gol de Embapé, se podría haber pensado en la reedición de los fantasmas de Leganés y Las Palmas. O pensar que se iniciaba un paseo triunfal del Real. Pero el fútbol es insólito, palpitante, único. Y todo cambió en menos de media hora. Media hora en la que los granazules bordaron cinco goles en el bastidor verde. Eso no pasa todos los días. Las gradas hervían. Unos de arrebato, de frustración otros. Tras el último 0-4 de Chamartín, Tití Henry sentó catedra en la tele británica: “El Madrid les gana a todos y el Barça le gana al Madrid”. Dio en el clavo. Sí, el Barça es el único equipo que no sale acongojado delante de la huestes albas. Hemos visto temblar a sus antagonistas en finales, naciendo de ese temor la típica remontada del laureado Real. El descaro del Barcelona ante el Madrid da para una tesis psicológica. Pero, creemos humildemente, que la razón de todo este barullo tiene un nombre: San Flick. Porque San Flick volvió a aparecerse a los creyentes del Paseo de Gracia y volvió a jugársela al pacífico Ancelotti. En menos de tres meses Carlo ha encajado nueve goles en 70 minutos. Eso le hace elevar la ceja izquierda a cualquiera. Máxime cuando su equipo no le ganado a ningún “grande” esta temporada. No ganó al Barça, ni al Aleti, ni al Bilbao, ni al Liverpool, ni al Milán… Si te meten 5 y Courtois es el segundo mejor jugador blanco, hay un problema, Houston. Flor habrá pensado hacer una limpia. Porque ¿cómo un equipo campeonísimo aún soporta el lastre de Ceballos y el del horroroso Vázquez? ¿Tchouamnei, defensa central? No nos gastes bromas pesadas, Carleto. ¿Para qué tiene y mantiene el Madrí a la Fábrica? ¿No hay ningún Casadó, o Cubarsí, o Lamine o similar en la cantera blanca? Raro. ¿Guler, ni el jovencito brasileño sirven al excelente mediocampista que en el 88, creo que fue, metió un gol desde 40 metros a su Madrid, jugando en el Milán.

Pero el prota de la peli es San Flick. Hansi es un descaro. Y un amante del ataque. Una alegría para el verdadero aficionado al furbo. Lleva 83 goles en 28 partidos. Grosso modo, tres por partido. Entrenos fuertes. Fin del sopor del fútbol de posición y limpiaparabrisas. Y de los lamentos pueriles de Xavi. El afligido caminar del equipo condal de hace sólo meses ha dado paso a una unidad nueva. Asombroso. Padre putativo de Rafiña, San Flick lo ha reconvertido en otro futbolista. En casa lo llamamos este año Lamoto. “¿Ha marcado Lamoto?” “No, ha sido Embapé”. La Metamorfosis de Ovidio se queda chica. “Le ha dao la vuelta como a un calcetín”, dirían las viejas de la calle Botica si a ellas les preocupara el balompié. Para colmo ha tenido la “papa” de nacerle un nene de 17 primaveras que para, manda, templa y torea por naturales angelicalmente. Para el neófito taurino: el natural se da con la mano zurda. El siete de España inició la gloria para unos, para los otros el infierno. Porque, como los muy grandes, aparece en los magnos partidos. Que la cosa está achuchá contra Francia, pues la mete por la escuadra de la meta gala. Lo mismo que hacía en las calles de su pueblo antes de la gran irrupción. Golden Boy. ¿Balón de oro a la vista? San Flick ha inventado a Casadó, un player al que el “sabio” Xavi nunca llevó al primer equipo. Veinte tacos. Pedri con él no se lesiona. Misterio. Ni se pone negrocolorao: adjetivo de Cadi/Cadi. Otro milagro del santo germánico: Cubarsí. Éste también tiene 17 años. Y otros nenes que no se sabe si los hará unos hombres o se quedarán en nada. A resaltar la valentía del bienaventurado.

Enfrente todos piensan: “Si con un magnífico Embapé y un decente Courtois, nos meten cinco en media hora” … Porque el partido de la Tortue, como le apodaron en París, fue excelente. Pero ni el elegante Bellingham fue el de otros días, ni el chispeante Vini se acercó al expulsado meta Sesni (lo siento, un andalú no resiste tantos grafemas, Sesni, eso, ahí queda). Ni siquiera el veloz Valverde pudo parar a Lamoto camino del gol. Solamente brilló el otro brasileño, un jugadorazo que ha caído en mala postura. O sea, que con los delanteros que hay lo tiene crudo. Sería titular en cualquier líder de Europa. Su gol, de bandera. Viva el fútbol.

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