Con la venia
Fernando Santiago
Pelotas y chivatos
Su propio afán
NO es propio de un chestertoniano convencido, confeso y casi convicto celebrar el eclipse solar. Chesterton era partidario de asombrarse de lo corriente, igual de maravilloso que lo insólito. Que los tréboles tengan tres hojas, en vez de dos o de cuatro, da la misma suerte, si se piensa bien, y resulta mucho más coherente, además, con la etimología. Un chestertoniano debería dar saltos de júbilo cada mañana porque el sol salga, oh. Y, sin embargo, ay, me dispongo a celebrar el eclipse por todo lo alto.
Y sin tiempo que perder, ojo. Cádiz es el lugar de Europa (¡nada menos!) en que más temprano se verá el eclipse. Empieza a las 08:58 de la mañana. Esta primacía de la provincia ya es motivo de alborozo. Para algo en lo que somos los primeros, ¿no? Pero es, sobre todo, la excusa perfecta para levantar la mirada hacia lo alto, para volver el rostro -como dice el título del artículo y Ovidio en sus Metamorfosis- a las estrellas, que es lo propio del hombre y no debería ser insólito. Estamos con los ojos demasiado clavados en la recta final de la campaña, enturbiados de encuestas, aturdidos de tuits. ¡Alcemos la vista!
Evitaremos así enredarnos con esas fotos virales de una jovencita Susana Díaz que tienen locas a las redes sociales, ya sea la foto de su mirada profunda con Fran Rivera, ya sea la de cuando era morena y rizada. Esta campaña electoral quizá pase a la historia como la de los ataques boomerang. Llamaron "Naranjito" a Albert Rivera y le regalaron un icono imbatible. Lo de "Continúe, Moreno Bonilla, continúe", a poco listos que estén en el PP (que no lo estarán) es un eslogan extraordinario para alentar la regeneración y la remontada.
Ahora con las fotos un tanto horribles de una Susana Díaz antigua, ¿no están dando argumentos al progresismo? A los conservadores, véanse esas fotos de un atractivo Winston Churchill joven, el tiempo nos hace polvo. Yo, sin ir más lejos, estaba mejor hace veinticinco años. Susana, en cambio, como progresista fetén, ha progresado lo suyo.
Pero me distraigo, y el sol y la luna nos esperan. Los meteorólogos advierten que, como el día está lluvioso, no apreciaremos el eclipse. La pérdida de claridad que origina es idéntica a la que produce un día nublado. Una espléndida noticia…, para un chestertoniano. A efectos prácticos, un día encapotado vale tanto como un eclipse de sol. Qué lujo. Cuántas oportunidades de levantar la mirada.
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