Notas al margen
David Fernández
El problema del PSOE-A no es el candidato, es el discurso
De paseo por la ciudad vi a una de las personas que promovió el boicot a Los Tontos de Capirote, un enardecido cofrade que había comprado un palco con unos colegas para desde allí dirigir los gritos. Los Tontos sufrieron las consecuencias de ser los primeros en reírse del mundo cofrade. Es lo que le pasa al que abre camino.
De las primeras decisiones que tuvimos que adoptar nada más salir elegidos concejales del Ayuntamiento de Cádiz en 1987 fue la postura sobre la concesión de la medalla de oro de la ciudad a la Virgen de la Palma que había impulsado el PSOE. Acordamos votar en contra y se formó un pequeño revuelo con amenazas de todo tipo por parte de sectores capillas de la ciudad. Estuvimos pensando incluso que un grupo de militantes acudieran al pleno del Ayuntamiento por si se producía algún altercado aunque al final no pasó nada, fue más el ruido que las nueces.
Ahora la Asociación Europa Laica ha impugnado la concesión de la medalla de oro de la ciudad a la Virgen del Rosario con el argumento legal de que no está previsto en el reglamento de honores la concesión a imágenes, solo a personas y entidades. La respuesta de los dominicos es ridícula : decir que en realidad la medalla es a esta congregación, argumento falso a pesar de los preceptos de su religión. Nadie pretende impedir que cualquier ciudadano exprese su fe de la forma que estime conveniente en el bien entendido que el espacio público es de todos, de los creyentes en alguna religión y de los que no creen en nada. El laicismo garantiza que cada cual tenga la religión que desee y que se pueda no tener ninguna para lo cual hay que separar la actuación de la administración del ejercicio de una creencia particular. No sé lo que dirá el juez pero el argumento de Europa Laica es bastante sólido.
Asunto diferente es el juicio sobre la actuación del alcalde y el pleno: el hecho de que cinco mil gaditanos firmasen una petición no obliga a que el pleno la ejecute sin más. Los firmantes tienen todo el derecho a pedir lo que estimen conveniente y el pleno a adoptar la decisión que crean es mejor para la ciudad. En este caso el alcalde y Podemos se dejaron arrastrar por el populismo. No sabemos qué ocurrirá cuando se reciba en el Ayuntamiento cualquier otra petición firmada por otros cinco mil vecinos. Ya sabemos que en Cádiz se firma una cosa y la contraria. Lo mismo elogiamos a Teófila que le reímos las gracias a José María González, a quien llamamos Kichi como si fuéramos colegas de toda la vida. Be water, my friend.
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