El lanzador de cuchillos
Martín Domingo
¡Boom!
Un artículo publicado en estas mismas páginas referido al aniversario de la instalación en la calle Ancha de Galerías Preciados y de la relativa decadencia del comercio en esta calle, desde que se cerró aquel establecimiento, me hace retomar mis comentarios de calles gaditanas, que comencé con la de la Compañía y seguí con las de Plocia, Sopranis y Arbolí. En realidad, la calle Ancha es la más importante de todo el callejero gaditano pero como nací en ella, por pudor, dejé su comentario para mejor ocasión, como es la noticia que comentó más arriba.
Hace poco tiempo que ha recuperado su nombre original, porque durante muchos años se llamó Duque de Tetuán, así en la guía de Rosetty de 1868 ya figura con el nombre de este general de la guerra de África. Desde el Siglo XVIII fue el centro neurálgico de la ciudad especialmente cuando las Cortes de Cádiz. Benito Pérez Galdós la consideraba el "mentidero del desarrollo de las sesiones" y su amplitud permite apreciar la armonía de sus casas. Entre ellas destacan la Iglesia de San Pablo, el Palacio de Mora y la Casa de los Cinco Gremios (hoy Rectorado de la UCA).
Dice Ramón Solis, en su obra el Cádiz de las Cortes, que el centro de las ciudades está donde se pasea y en aquel tiempo era el paseo por excelencia. Tiempo después, desde el cierro de mi casa veía como se llenaba de paseantes, disfrutando de nuestro clima, y, sobre todo, en las cercanías a la Semana Santa, hasta que con las primicias del verano el paseo se trasladaba desde la Plaza de Mina hasta el árbol gordo de la Alameda. Había entonces pocas diversiones y sin TV, el paseo era la única En tiempos de las Cortes, por la calle paseaban altas personalidades de la política, la literatura, el ejército y la buena sociedad. Allí se comentaba todo, hasta el punto que la sesión de chismorreos de los periódicos llevaba como título "calle Ancha". En ella surgió por primera vez el diálogo político y se estrenó lo que hoy se llama opinión pública. Por ella pasearon y discutieron liberales como Alcalá Galiano, Mendizábal, Castelar, Topete o anarquistas como Salvoechea.
Por razones de espacio tendré en su día que escribir una segunda parte, pero hoy no quiero terminar sin decir que nuestra calle principal - como escribió Solís- fue centro de la vida política española durante los años que Cádiz fue España. González del Castillo piropea a la gaditana: "la Alameda es sitio de polvareda y codazos; el arrecife paseo de coches y caballos. Y solo la calle Ancha es el campo donde puede una mujer soltar las riendas del garbo".
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