Su propio afán
Enrique García-Máiquez
Ramón Castro Thomas
Sin duda alguna me estoy volviendo mayor. Lo noto cada día que pasa. Mi última alarma ha sido en el coche, cuando voy escuchando la radio y me sale gente que parece que está cantando dentro de una lata de fabada.
Las canciones llevan siempre como un tambor que parece como si te golpeara en la cabeza, como el que lleva el bombo en las bandas de Semana Santa pero en desagradable. Y luego el que hace la melodía, ya se maroma, maromo o marome, parece que se ha metido dentro de una lata para cantar.
Reconozco que me pongo nervioso con estas canciones. Lo de que la música amansa a las fieras se ha quedado definitivamente antiguo con este tipo de coplas, porque a mi me ponen fatal. Me ponen la canción y delante un plato de puchero y me quemo todo el esófago porque me tengo que comer el caldo aunque esté “jirviendo”, dada la necesidad de hacer algo con rapidez para seguir el ritmo de la musiquita.
Uno va tan tranquilo en el coche mirando los árboles, viendo el paisaje y por el altavoz del vehículo te sale un tío como enlatado, como si se hubiera puesto a cantar en una lata de fabada Litoral abandonada.
Mi grupo de asesores en música, que aclaran mis dudas ante todos estos fenómenos que me pasan conduciendo, me indican que ahora está de moda una cosa que son las canciones “despechadas”, que son gente que escribe coplas para cagarse en las castas del novio, la novia o el novie, pero compartiendo el tema con todos nosotros…La necesidad que tendré yo de saber porque se ha peleado el cancionista.
Mi asesor de música está ahora muy sensible a un tío que se llama Rauw Alejandro, que por lo visto ha escrito una cosa para quejarse de su divorcio con Rosalía, otra muchacha de moda, según dice mi equipo. Yo no sé lo que ha pasado entre este muchacho que escribe “contrabaladas”, es decir canciones de desamor en vez de amor, y su maroma, pero lo que sí tengo claro es que el Alejandro me canta dos canciones fabada, y yo me vuelvo vegetariano en dos minutos por no escucharlo.
Tengo muchas esperanzas en que pase esta moda de los cantantes que cantan como en lata. Quiero que vuelva el sosiego, una generación de artistas que hagan canciones que no te pongan de los nervios…Rafaella Carrá, cuanto te echo de menos.
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