Su propio afán
Enrique García-Máiquez
Ramón Castro Thomas
El ser humano evoluciona y en los últimos meses he notado un cambio en mis “algoritmos”. En los tiempos de incertidumbre dicen que se vuelve a la niñez, a la seguridad de tu madre abrazándote, a la comida caliente puesta en la mesa, encima de un hule de a cuadrito, después de una mañana de colegio.
En mi esa preocupación interna, ese sinviví, me ha llevado a refugiarme en los guisos en tomate. Empecé esta pasión por los entomataos con el bacalao en tomate. Este pescado gana mucho cuando se cubre de una manta colorá, densa como las nubes que traen agua. Luego vino el gusto por la trilogía papa-huevo frito-tomate, un tridente mejor que el que tuvo el Barsa en tiempos de Mesi; y ahora busco por los bares buenas versiones de carne en tomate.
La carne en tomate te permite disfrutar tres veces. Por un lado disfrutas de lo que es la “cagne” propiamente dicha, tiernecita, liberada de toda tensión tras estar mucho tiempo al calor. Luego está el deleite de una buena fritá de papas, porque una carne en tomate no vale ná si al lado lleva brócolis o arró en blanco…Una buena carne en tomate tiene que llevar al lado una montaña de papas fritas tan grande como el Aneto o cualquiera de las cumbres penibéticas.
Y el tercer placer, el postre del disfrute, es coger un gran miajón de pan, o varios, preferentemente de cundi de a cuarto y hacer una vuelta al ruedo por el plato hasta dejarlo más blanco que un folio DinA4.
No es raro, por tanto, que uno se vuelva devoto de la carne en salsa colorá, porque da mucho, como un tres por uno de los supermercados, pero entomatao. Fijaté si está buena la carne en tomate que todavía ningún pamplina la pone en las cartas en inglés.
El tomate de la carne debe ser acremosado, rojo intenso, debe tener grumos. Huye de los entomataos de color claro y sobre todo de los acuosos.
Debo mostrar mi preocupación porque en los bares de Cádiz es difícil encontrar carne en tomate. Es más, estoy intentando recordar alguna versión que me emocione y no la recuerdo. Quizás me viene alguna de albóndigas metías en tomate, pero de no de carne. Pido, sin rubor, la colaboración ciudadana. Por favor, ¿Alguien me podría decir algún bar de la provincia donde comer una buena carne en tomate?...Me ofrezco incluso a llevar puesto el cundi de acuarto para la ocasión.
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