El Palillero
José Joaquín León
Noviembre, el mes de Falla
Una vez dijo Jordi Pujol "yo soy bajito y antipático, como la mayoría de las catalanes" . No puedo estar más de acuerdo si le añadimos que además es un corrupto, para completar la definición. Hagamos la excepción con Berto y con Buenafuente porque hasta Eugenio basaba su gracia en ser un tipo más bien esaborío . Si miramos los presidentes de la Generalidad : Torra, Puigdemont, Mas y Montilla, este último el más malage de todos, y era cordobés, lo que quiere decir que en Cataluña hay algo ambiental además de genético . Hasta los líderes: Junqueras, Rivera o Carrizosa, Iceta puede ser una excepción, Arrimadas que es jerezana tuvo que huir. Así que no me extraña que el PSOE haya elegido a Salvador Illa, el más malage de todos los ministros como su candidato a presidir la Generalidad. Estos días la gente ha dicho de él que es sobrio, serio y no sé cuántas cualidades más. Yo creo que es malage, lo que supone una ventaja en Cataluña porque sintoniza con una gran mayoría de la población, quizás es que nadie se ha atrevido con un adjetivo que describe mejor el comportamiento del ministro de Sanidad. En resumen, que ser sieso en Cataluña es reiterativo, lo difícil es ser sieso en Cádiz donde todo el mundo se cree gracioso y donde la gente de fuera busca la gracia de Cádiz, llevado al paroxismo con el lema "La ciudad que sonríe" , caído en desuso en los últimos tiempos. Cada vez que viene una televisión de fuera para lo que sea busca a alguien que, con la gracia de Cádiz, le comente cualquier situación. Mal que les pese a nuestros comprovincianos, para las televisiones tan gaditano es uno de Algeciras como uno de Jerez o de Villamartín, no hace falta haber nacido en la calle Lubet ni en Botica. Lo siento mucho por algecireños y jerezanos que reclaman para sí la novena y la décima provincia. Ya se sabe que el nacionalismo se cura viajando. Dicho lo anterior sigo pensando que la verdadera esencia del gaditano es la siesitud, si se me admite el palabro. Ser sieso de Cádiz es ir contracorriente pero entronca con una mayoría silenciosa de la población . Ser sieso en Cataluña está tirado, lo son casi todos, si exceptuamos a los charnegos que no tengan el síndrome de Estocolmo y, por lo tanto, están marginados por el gobierno de su región. Serlo en Cádiz es una actividad de riesgo, te miran mal en los sitios, no te llaman nunca de las televisiones para dar tu opinión, es peor que ser africano. Para qué hablar de los que no somos cadistas, no nos gusta la Semana Santa y no nos sabemos las coplas del Eterno Capitán e incluso detestamos que le hayan puesto su nombre a un colegio. De aquí a nada nos pondrá una estrella amarilla y nos confinarán en un gueto para que no demos mala imagen.
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