Con la venia
Fernando Santiago
Power to the people
Su propio afán
Una interesante pieza, como suya, de Cristian Campos, publicada el lunes, 7 en El Español, explicaba las razones por las que Ciudadanos no pactará jamás con Vox. ¿Cuáles? No la ley de violencia de género, que C's reconocía allí mismo que se podría retocar, sino un supuesto nacionalismo rancio español que se asimilaba directamente al de Torra y compañía. Esto es, un pecado original, irredimible.
Dejaré aparte mi sospecha de que la virulencia de esa posición tan esencialista se debe al fracaso sobrevenido de la cobertura de su negativa a la reforma de la LIVG. Cs se ha metido en un charco porque 1) su postura, ayer no más, era cambiarla (y muy bravamente que la defendió Marta Rivera de la Cruz), porque 2) las críticas a la "violencia de género" en los análisis que ha provocado el debate abierto por Vox están resultando transversales, ponderadas y prestigiosas, y porque 3) son tantos los afectados por esa ley, que ya se acusa a la postura de Vox de electoralista, cuando hace dos días era utópica y maximalista.
Dejaré también aparte las incoherencias teóricas de quienes confunden a bulto nacionalismos excluyentes con el patriotismo de toda la vida, que forjó la Europa que tanto aman; y el respeto a la Historia con el inmovilismo; y la conciencia de la identidad cultural con la cerrazón, etc.
Como "nada hay más práctico que una buena teoría", tampoco hay nada más inútil que una teoría errónea. Con su negativa por principios a pactar nada con Vox jamás, aunque pida poco, no sólo aboca a Andalucía a unas nuevas elecciones y no sólo renuncia a un papel moderador en el juego político actual, sino que convierte votar a Cs en una esterilidad, salvo para amarrar un cordón sanitario a Abascal, que es algo que puede tener sus partidarios, sí, pero que no parece la prioridad de casi nadie (Susana aparte). Según todas las encuestas (Tezanos aparte), para derrocar al bloque de izquierdas, chavismos e independentismos pergeñado por Sánchez, hará falta un pacto a tres entre Cs, PP y Vox. Si Cs se cierra en banda, y no pactaría nada más que con el PP y punto, y con un futurible PSOE sin Sánchez (¡ahora, tampoco!), el voto a Cs es el más eficaz para mantener todo tal y como está. En Cataluña, ¿dejarían gobernando al nacionalismo golpista con tal de no ensuciarse ellos con Vox? Entiendo que aspiren al centrismo más impoluto, pero el precio puede ser una inmaculada irrelevancia.
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