Notas al margen
David Fernández
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Editorial
LAS estadísticas del tráfico de contenedores en el primer puerto de Andalucía -y también de España-, el de Algeciras, arrojan en los últimos meses datos preocupantes, porque confirman un paulatino retroceso respecto a sus competidores, nacionales e internacionales. La media de caída de contenedores es de un 20% mensual respecto al año anterior. Ese dato ha crecido hasta el 30% en septiembre, el último conocido. El principal factor de este descenso continuado y creciente es la decisión de Maersk Line, primer operador mundial, de desviar tráfico a otros puertos, principalmente a Tánger Med, con el argumento de que el coste de operar en Algeciras es demasiado alto. Las administraciones también son conscientes de ello y han tratado de reaccionar. De un lado, el Estado ha modificado la Ley de Puertos, permitiendo con el cambio normativo la aplicación de bonificaciones y rebajas a las tasas portuarias. De otro, la Junta de Andalucía está apostando por crear un importantísimo nodo logístico que fomente la exportación e importación. En esta tarea, también el Gobierno central se ha decidido a mejorar el ferrocarril para facilitar la entrada y salida de mercancías. Sin embargo, estos esfuerzos no han conseguido que el puerto remonte, ni siquiera con la inauguración de la nueva terminal del grupo coreano Hanjin, que a pesar de que ha aportado más tráfico no llega a compensar el que desvía Maersk. Para lograrlo es necesario reducir también el coste de la estiba. Bastaría ajustar el número de estibadores sin reducir los salarios. En este crudo escenario, Marruecos ha revitalizado la segunda fase de Tánger Med, lo que le hará todavía más competitivo, sobre todo si Maersk apuesta finalmente por concesionar la mayoría del volumen capaz de moverse al otro lado del Estrecho. Estamos ante un problema de calado para Andalucía. Apelamos por ello a todas las partes, y en especial a la Administración, a propiciar un acuerdo entre navieras y estibadores -que son de los más productivos en una actividad de riesgo- que permita mantener en Andalucía al puerto más importante del sistema español y uno de los más competitivos del Mediterráneo.
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