Cambio de sentido
Carmen Camacho
¡Oh, llama de amor propio!
Su propio afán
Hubiese titulado esta columna más coloquialmente, pero era pasarse, aunque habría armonizado más con mis intenciones un buen "¡Cuidao, Susana!" Porque la presidenta ha lanzado un órdago: si no se soluciona en dos días lo de su investidura, repetiremos las elecciones.
Ella cuenta con el pánico de todos a volver a pasar por las urnas…, con el pánico que había hace dos semanas. Tal vez no haya percibido algunos cambios. Hoy por hoy, el PSOE-A es el menos interesado, no tanto en el sentido de beneficiario, que quién sabe, sino en el de la más pura curiosidad. El PSOE-A podrá blandir el arma del victimismo: "Ay, que no me han dejado gobernar". Pero también tendrá encima la responsabilidad de todo este baile: "Izquierda, derecha, adelante, atrás, un, dos, tres…"
En cambio, Podemos tiene buenas vibraciones ahora, y podría interesarle otra vuelta por las urnas. Hay quien mantiene que el adelanto electoral fue para cogerles desprevenidos y, sin duda, algo de eso hubo. Las elecciones municipales les han puesto en una nueva fase expansiva, después del desinfle y desgaste de unos meses atrás. No temblarán ante unas nuevas elecciones de las que no son responsables y que les alejarían de la imagen de cambio de sillones.
Al PP la estrategia del miedo al populismo no le ha funcionado hasta ahora. Pero los resultados de las municipales sí meten miedo: Podemos acaricia varios bastones de mando y los pactos de izquierda se imponen. Eso tendrá que movilizar al electorado más comodón, insuflará cierta rabia democrática a los que han votado al PP en los ayuntamientos donde éste ha ganado pero no gobernará y, por último, el pactismo con la ultraizquierda puede que empuje a algunos votantes centrados del PSOE hacia el PP. ¿Moreno Bonilla -que apenas tiene nada que perder- no estará tentado a probar?
Ciudadanos es el eslabón más débil. Su posición de bisagra para todo; el desgaste de su líder, tan expuesto a los focos; las pifias en sus listas y las negociaciones caprichosas están haciendo mella en sus expectativas de voto. Ya se percibía a pie de calle, pero ayer lo corroboraba una encuesta en El País. A Ciudadanos no interesan nuevas elecciones, aunque es posible que comprenda que apoyar al PSOE-A le restará aún más intención de voto.
Susana Díaz sabrá lo que hace con su órdago, aunque la experiencia nos dice que las cosas no suelen salirle exactamente como planifica. Nos veo votando.
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